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El análisis del Espanyol-Deportivo

El Deportivo de la Coruña aterrizó en el RCDE Stadium en un día de Reyes en el que uno de sus máximos puntales –Ryan Babel- acababa de partir rumbo a Turquía. Los gallegos, desde el inicio, salieron con dos puntas, un esquema clavado al de los locales. Los pericos también sorprendieron ya que Salva Sevilla se encargaba de repartir juego al lado de Javi Fuego.

El plan de ambos, pues, fue el de encontrar siempre a sus jugadores de banda, especialmente los visitantes con un Emre Colak muy participativo. Borges, dependiendo de la situación, bajaba entre centrales para construir juego, una costumbre diferente a la de Guilherme que ayudaba más a crear superioridad en banda derecha. Allí, se encontraba un Juanfran que desde el inicio de temporada está atacando mucho y, por cómo está construida su escuadra, está obligado a hacerlo.

 

 

La diferencia entre ambos, residía en que el Espanyol buscaba siempre la espalda de los laterales rivales –con Piatti y Hernán listos para correr- y los coruñeses el pie de sus finos interiores. De hecho, cuando los de Quique Sánchez Flores jugaban raso para sus bandas, estos –poco acostumbrados- tapaban la línea de pase de Gerard Moreno. El catalán –que luchó muchísimo- buscó con ahínco el cuero y eso, en su intento por ayudar a sus compañeros, restaba ya que su equipo se quedaba sin referencia. Por ello, Caicedo acabó acompañándole en la punta.

 

 

Previamente, Borges había abierto la lata en un córner y Sidnei –al poco tiempo- erró en su antiguo coliseo para dejarle en bandeja el empate a Moreno. El choque se abrió y allí apareció Andone -muy trabajador- para volver loco a David López, que sigue cuajando una temporada inmaculada en el centro de la defensa. Su acompañante, Joselu, brilló por su ausencia ya que parecía el delantero señalado para buscar las peinadas de su lugarteniente, cuando debería ser al contrario. El partido acabó con más ocasiones de las que ambos técnicos querrían pero, tras empatar, ninguno de los dos puede irse a la cama descontento.

 

Martorell (Barcelona), 1996. Periodista freelance. Amante del fútbol y loco por la Premier League. En mis ratos libres intento practicarlo.

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