El FC Barcelona, vigente campeón de la Copa del Rey, ha caído en octavos de final frente al Athletic Club. Lo que fue, sobre todo para el espectador neutral, un partidazo, terminó por resolverse, en mi opinión, de una manera un tanto agridulce.
Apenas comenzaba el partido y el Athletic ya se había adelantado en el marcador. Siendo más exacto, en el minuto 2. Nico Williams, que fue una verdadera pesadilla para Jordi Alba durante todo el partido, le ganó la partida en velocidad y armó una contra que terminó con un fantástico gol de Iker Muniain. Primera vez que el Athletic se adelantaba en el marcador.
La réplica no tardaría demasiado en llegar pues, rondando los 20 minutos de partido, el Barça logró trenzar una jugada de las que hacía tiempo que no se les veía. Pases cortos, rápidos y precisos, que terminaron llevando el balón a los pies de Ferrán Torres, quien se sacó un latigazo en una baldosa y puso las tablas en el marcador. Su primer gol con la camiseta del Barcelona, y bastante estético.
Las jugadas siguieron sucediéndose y los acercamientos con peligro, más vascos que catalanes, no terminaban de concretarse. Hasta que llegó la recta final. Un saque de falta rojiblanco propició una serie de rebotes en el área del Barça que, en una jugada más propia de un patio de colegio que de un partido profesional, terminaron con el balón dentro de la portería de Ter Stegen. El Athletic Club se ponía por delante en minuto 85.
Cuando parecía sentenciado, apareció un héroe al que echábamos de menos: Pedri. Tras recuperarse de su lesión, el canario fue titular y completó un verdadero partidazo, tengo la teoría de que no sabe jugar mal, ni aunque quiera. El caso es que se puso la capa y anotó el 2-2 en el 93’, a segundos de que terminase el partido. Cabe destacar que la asistencia se la dio Dani Alves de chilena. Os lo prometo, todavía no me he vuelto loco.
Llegó la prórroga. Ansu Fati, que había entrado desde el banquillo, tuvo que salir por problemas físicos poco después de comenzar. Una noticia que se debate con la eliminación en Copa por ver cuál es la más triste de la noche. Pedri también tuvo que ser sustituido por el mismo motivo, aunque todo apunta a que no se perderá ningún encuentro. Lo que hacen 13 prórrogas de las últimas 16 posibles, y más aun tras regresar de una lesión.
Tras lo que estaba siendo un partidazo, el árbitro indicó penalti en una clara mano de Jordi Alba que, lejos de anular una acción peligrosa del Athletic, sí corta un centro lateral en una posición antinatural. Muniain anota el 3-2. Como comentaba antes, un final agridulce para un verdadero espectáculo de partido.
Con esto, el Barça quedó eliminado de la Copa del Rey en octavos de final, algo que suena raro incluso leerlo. Una noche triste para el barcelonismo, pero no decepcionante. Ayer vi un Barça que, lejos de ser su mejor versión, compitió. No fue humillado ni en juego, ni en resultado, ni en actitud, y esto último es algo a lo que ya casi nos habíamos acostumbrado, más todavía jugando contra un equipo con tanta garra como el Athletic Club.
Para el aficionado barcelonista, los golpes ya casi ni duelen. Este periodo tan malo por el que pasa el club está insensibilizando al culé hasta el punto de que, para mucha gente, duele más la recaída de Ansu de cara a la liga que la eliminación de Copa. Cuestión de prioridades.
Imagen de cabecera: Real Federación Española de Fútbol