Darmian, regularidad y polivalencia para la defensa italiana

Joel SIERRA – Acaba de llegar pero ha sido para quedarse. Matteo Darmian salió el último en la particular carrera por lograr una plaza de cara a la Copa del Mundo en el combinado de Prandelli y ha ido adelantando posiciones hasta la meta con la misma constancia que le caracteriza sobre el césped. Una progresión que le ha llevado desde su notable debut contra Irlanda en Londres el sábado pasado, hasta su inminente incursión posterior en la lista definitiva de los 23 hombres que buscarán traerse desde Brasil el quinto cetro mundial para la Azzurra. Todo ello en apenas un día de lapso.

Darmian no se detiene y sigue corriendo. La titularidad es su próximo objetivo y Abate -con quien comparte experiencias en la cantera milanista y en el Torino- es su rival directo por el puesto. El actual carrilero del club granata tiene el viento a favor de una temporada mucho más completa y constante. No es baladí que sea el tercer jugador de campo con más minutos acumulados en Serie A. Sin embargo, su convocatoria ha pillado por sorpresa a más de uno hasta convertirse, sin riesgo de duda, en una de las grandes novedades junto con la ausencia de Giuseppe Rossi, que ha acaparado toda la resonancia mediática.

Regularidad aparte, la polivalencia es su mejor acreditación. Darmian -diestro natural- ha jugado en Turín de forma indistinta en ambos flancos de la defensa debido a las lesiones de varios compañeros y, ocasionalmente, también como central en la habitual línea de tres de su equipo. Siempre con buena nota.

Otro de los factores que le ha beneficiado y que puede seguir haciéndolo dentro del seno de la Nazionale, se deriva precisamente de esta circunstancia. Darmian es un lateral de gran equilibrio en su balance ataque – defensa, capaz de llegar a línea de fondo sin perder nunca de vista la imagen reflejada en su calibrado retrovisor, bueno en la marca y mejor en el tackling. Una estabilidad táctica que, en un esquema más que posible de cuatro defensas, bien podría darle espacio en el once inicial transalpino.

Es obvio que no estamos ante un lateral de máximo nivel internacional pero sí ante uno de los mejores en su posición en el Calcio. Darmian pierde en la comparativa directa con Abate en cuanto a velocidad, técnica y juego aéreo. Sin embargo, el trabajo, el sacrificio, la concentración, la intensidad y la voluntad también cuentan y mucho. Además, a toda esa amalgama de elementos intangibles, Darmian también es capaz de sumarle una conducción bastante fina, unas piernas predispuestas para el despliegue físico más propias de un fondista que de un velocista, seguridad en la entrega y una más que aceptable capacidad asistente.

El sábado, en su debut con Italia, dejó detalles de todas estas aptitudes, especialmente en la primera mitad del choque. No parecía en absoluto un novato, sino más bien un jugador ya asentado en el grupo, con personalidad, seguridad, inteligencia y con una base a sus espaldas de bastantes más partidos con la selección. Su convocatoria no es casual, ya que Prandelli lo ha monitorizado durante toda la campaña.

Pese a su perfil humilde y a no haber hecho demasiado ruido, el lateral se ha colado por méritos propios entre los pasajeros del vuelo que partirá del aeropuerto de Fiumicino con destino a Rio de Janeiro. Darmian ha ganado este primer y esencial tramo en la carrera por el Mundial y ahora afronta el segundo con todas sus virtudes encima de la mesa en busca de la titularidad. Con ambición pero en silencio. Sin excesos de vistosidad y con cautela, pero con trabajo vehemente.

Darmian está plenamente preparado para el mayúsculo reto. Jugador de equipo, completo y seguro; el pupilo de Giampiero Ventura -especialista en hacer crecer el nivel de sus jugadores- ya suena para equipos más potentes que el Torino. El hecho de poder encontrar espacio en el mayor escenario futbolístico, puede atraer todavía a más ‘novias’ a su alrededor. Si Prandelli le da la oportunidad, es difícil que Darmian defraude. Como no lo ha hecho en ningún partido durante la totalidad de la temporada recién concluida.