El fútbol es como la vida, a veces te da a veces te quita. De lo más bajo a lo más alto en cuestión de minutos, horas, meses o años. Daniel Carvajal se retiraba un 28 de mayo de 2016 entre lágrimas. Su cuerpo había dicho basta. Parte de la final de la undécima la iba a tener que ver desde el banquillo. La Eurocopa también. Si alguien no lo merecía era él, pero la vida en ocasiones es como las películas, te pone en el disparadero sin haberlo buscado. Hoy el fútbol le ha devuelto lo que le quitó. Las lágrimas se han quedado en un pasado, dando paso a la euforia. Él es el héroe de la Supercopa lograda por el Real Madrid.
Carvajal lleva mucho tiempo a un nivel excelso
Daniel Carvajal es un tipo cualquiera. No le gustan las excentricidades. Es trabajador. Habla dentro del campo, lo de hablar fuera de él se lo deja para otros. Está a servicio del club de sus amores. No quiere protagonismo, no quiere reconocimientos individuales, no los busca, quiere que el Real Madrid gane. Es un chaval normal y corriente, como tú o como yo. Quizás por eso los halagos han tardado mucho en llegar.
Hoy es un día para sacar pecho. Ya que él no lo hace, yo me voy a permitir el lujo de hacerlo por él. Daniel Carvajal es el mejor lateral derecho del mundo. No por lo hecho en la final de la Supercopa, sino por lo que lleva haciendo durante estas tres últimas temporadas. Ataca como un extremo, defiende como un central y siente el escudo como un aficionado. La palabra rendirse no existe en su diccionario. En muchos partidos, el peso de la fase ofensiva recae en sus botas con una naturalidad desbordante. No le intimida. Juega igual en Trondheim que como lo hacía en el Alfredo Di Stéfano.
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En el epicentro del fútbol mundial
No sé si es porque es canterano, porque es nacido en Madrid, porque no está plagado de tatuajes o porque no es un bellezón del ébano, pero tengo claro que no ha recibido todos los halagos que merece. No hay en el fútbol mundial un lateral con tanta incisión en ataque. Tan completo. Con tanta confianza en sí mismo. Sabe lo que debe hacer en todo momento. No hay en el mundo un extremo que le haya dejado en evidencia. Supongo que de aquí a unos meses las portadas serán para otros, él seguirá trabajando a la sombra, pero hoy los focos recaen sobre su figura. Hoy tú eres la estrella del Real Madrid. Hoy tú eres el epicentro del fútbol mundial. Te lo mereces Carvajal, porque a veces quien menos desea ser protagonista, más lo acaba siendo.
