En un anterior artículo hablaba de lo poco que estaban valorados hoy en día los títulos de las categorías pequeñas Moto2 y Moto3. Muchos pilotos, por no decir la mayoría, pasan por ellas deprisa y corriendo y soñando llegar a la categoría reina, MotoGP.
Ahora pregunto: ¿Cuánto vale un título de MotoGP?
Me viene a colación de lo ocurrido este fin de semana en el Gran Premio de Japón, donde Marc Márquez se coronaba por quinta vez, su tercer título en la categoría reina.
Muchos dirán que es un sueño hecho realidad, otros que es el título que te introduce directamente en el Olimpo de los dioses del motociclismo, otros que es el Oscar de este nuestro deporte, otros que es “lo más grande”.
Pero no amigos, no iba mi pregunta por ahí, mi pregunta iba dirigida a los aficionados, especialmente a los españoles.
Para valorar realmente lo que vale un título de MotoGP para el motociclismo español, sería conveniente retrotraernos en el tiempo, quizás unos 25 ó 30 años atrás, para tener así una perspectiva más completa.
Los nuevos aficionados, quizás no aprecien con todo su valor lo que significa ser Campeón del Mundo de MotoGP, ya que llevamos desde 2010 trayéndonos el título para casa, repartidos entre Jorge Lorenzo y Marc Márquez, a excepción del 2011 que se lo adjudicó el australiano Casey Stoner.
Pero los que llevamos más de 30 años siguiendo el motociclismo, que en los ’80 y ’90 soñábamos con el preciado galardón, cuando subieron a la categoría reina nuestros dos grandes representantes, Sito Pons y Joan Garriga, pensamos que nuestro sueño estaba cerca de realizarse, pero la cruda realidad nos mostró que no era tarea fácil, el único logro fue un podio de Joan en Inglaterra 1992.
En aquella época MotoGP era territorio americano y australiano, con alguna pequeña concesión a algún piloto italiano como Franco Uncini y Marco Lucchinelli. Los españoles seguíamos soñando.
Hasta que llegó aquella fecha mágica de Assen 1992, donde los astros se alinearon con Álex Crivillé y de un plumazo desaparecieron de carrera Kevin Schwantz y Eddie Lawson, Michael Doohan acababa de lesionarse gravemente y Wayne Rainey también estaba “tocado”.
Luego Álex se tuvo que trabajar esa primera victoria española en la categoría reina, aún tuvo que doblegar a pilotos del nivel de John Kocinski, Alex Barros y Joan Garriga, pero al final lo logró y todos los españoles soñamos de nuevo que el título podía ser una realidad.
Aún recuerdo aquella carrera como si fuera ayer y recuerdo a mi hijo de diez años con lágrimas en los ojos, mientras Álex daba la vuelta de honor.
Luego nos acostumbramos a ver a un piloto español luchando por la victoria en cada carrera, poniéndole las cosas difíciles a un intratable Michael Doohan, que dominó el mundial durante cinco años consecutivos. Recuerdo especialmente aquel 1996, qué año.
Pero desde aquella primera victoria de 1992, el sueño cumplido se hizo de rogar, nada menos que siete años tendríamos que esperar, para ver a un español coronado como Campeón del mundo de 500 c.c. 1999 encumbró a Álex Crivillé al Olimpo de los Dioses del Motociclismo.
Aquello si que fue un título de los que recordar toda la vida, de un valor incalculable para nuestro motociclismo.
Después, otro “tirano” apareció en escena, Valentino Rossi, que acaparó títulos y dominó el campeonato a su antojo. A nosotros solo nos quedaba seguir soñando.
Tuvieron que pasar nada menos que once años, desde aquel 1999, ya que la incursión de Dani Pedrosa en la categoría reina en 2006, no cumplió las expectativas puestas en él, debido a mil y una circunstancias, ya fueran lesiones o mala suerte, a pesar de sus muchas victorias.
Jorge Lorenzo fue en 2010 el que de nuevo volvió a hacer realidad los sueños de los aficionados españoles y desde entonces, como decía al inicio, nos hemos acostumbrado mal, ya que atesoramos seis títulos nada menos, el último el pasado fin de semana.
¿Cuánto vale un título de MotoGP? Creo que el valor va dado, sobre todo y como ocurre con muchas cosas, por la escasez. Y hoy en día estamos más que bien despachados. Y las perspectivas a corto plazo es seguir sumando y sumando. Por eso entenderéis que los que sufrimos aquella larga sequía valoremos mucho más cada uno de los nuevos títulos conseguidos.
Aclarar, después de todo lo dicho anteriormente, que disfruté con todos y cada uno de los títulos de pilotos españoles pero también lo hice con los conseguidos por otros pilotos, sin importarme su bandera. Es lo que tiene el motociclismo.