Hubo un tiempo, no muy lejano, en el que Batman cambió las calles de Gotham por las de Eindhoven. Dejó de ponerse máscara para taparse el rostro. Cambió su vestimenta oscura por una más colorida con rayas rojas y blancas. Pasó de proteger las calles y a sus ciudadanos de cualquier actividad criminal o villano, a barrer a sus rivales con goles y más goles. Incluso dejó de ser Bruce Wayne para pasar a llamarse Mateja Kezman.
Procedente del Partizan de Belgrado, este delantero de origen serbio, recaló, con la llegada del nuevo siglo, en las filas del PSV, para convertirse en uno de los mejores arietes del viejo continente.
Tres veces máximo goleador de la liga holandesa, en cuatro temporadas que militó para el conjunto de Eindhoven, corroboran su rendimiento. Incluso alcanzó en dos campañas la vertiginosa cifra de más de 30 tantos en liga. Pero si sus goles son recordados por la afición del conjunto holandés, sus celebraciones estuvieron a la altura de los mismos, gracias a la peculiar manera en la que todo el Philips Stadion sonaba cada vez que Kezman perforaba la red rival, que no era otra que a ritmo de la sintonía de la serie Batman.
Pero Kezman no estuvo solo, como Batman que fue tuvo un Robin a su lado, esta vez apellidado Robben, y de nombre Arjen. Menudo escudero para el murciélago.
Ambos formaron una pareja letal conquistando un campeonato liguero para el PSV (2003), del que juntos salieron rumbo a un destino común, que para uno fue la lanzadera definitiva de una carrera extraordinaria, y para otro sin embargo, un paso atrás tanto en cifras como en juego.
Su destino fue el Chelsea, donde Robben siguió aumentando su fama y realmente entró a formar parte de ese selecto grupo de jugadores más destacados del planeta, mientras que Kezman comenzó su camino recorriendo el mundo de un equipo a otro, pasando también por España, donde formó parte del Atlético de Madrid (05/06), con el cual anotó 8 tantos en 28 partidos, alejado del nivel exhibido en los Países Bajos.
Pero alejándonos de sus respectivas carreras, Kezman y Robben fueron una inspiración para los aficionados del PSV, que aún recuerdan cuando Batman residía en Holanda, y junto a él, un joven Robben, empezaba una trayectoria que le acabaría llevando a la cima del planeta fútbol. Una curiosa historia que como tantas otras no viene mal recordar de vez en cuando.