Dos amigos, dos sueños y mismo desenlace. Deulofeu y Jesé, los que eran las perlas de la cantera blaugrana y blanca respectivamente, se han visto obligados a buscarse la vida lejos de casa. La falta de oportunidades en el caso del de Riudarenas y una grave lesión de rodilla en el grancanario, las principales causas.
Si echamos la vista atrás y regresamos a 2011 se antojaba difícil de creer que Deulofeu y Jesé no fueran en un futuro los líderes de sus respectivos equipos. Despuntaban, se les alababa y se daba por hecho algo – que triunfarían – para lo cual todavía quedaba mucha formación. Cierto es que les sobraba talento, pues lo habían demostrado tanto en las categorías inferiores de sus respectivos clubes como en las de la selección española, pero tenían por delante algunos de los mejores delanteros del mundo y dos monstruos como Messi y Cristiano.
Por si la competencia no fuera suficiente, al primero le pesó su actitud: nunca se entendió con ningún entrenador del primer equipo del Barça y eso le condenó. El segundo sí se entendió y fue jugando de tanto en tanto, pero una rotura completa de ligamento cruzado anterior de su rodilla derecha en su segundo partido como titular en la Liga de Campeones, el 18 de marzo de 2014, le marcó un antes y un después en su carrera. Nunca recuperó su mejor versión tras la lesión y eso en un equipo como el Madrid, donde la competencia es tan feroz, acaba pasándole factura a cualquiera.
La salida de ambos jugadores permite, también, evidenciar una cosa que ya se sabía: el Madrid vende mejor que el Barça. Por Jesé (25M) los blancos han sacado 4 veces lo que el club azulgrana sacó por Deulofeu (6M). ¿Casualidad? No, habilidad. Saber moverse en el mercado.
Ahora Jesé buscará su oportunidad en París bajo las órdenes de un gran técnico como Emery, mientras que Deulofeu espera que con Koeman su protagonismo crezca en Goodison Park. El de Riudarenas ha encontrado en los toffees una afición que le quiere y le respeta, algo que su amigo grancanario espera encontrar en la capital francesa. Ambos siguen siendo muy jóvenes y teniendo talento, y lucharán por demostrar en un futuro que tanto Barça como Madrid se equivocaron en prescindir de ellos.
