Christian DÍEZ – Se cumplió el guion. Partido tosco, trabajado y complicado, pero con los tres puntos para el Real Madrid en el bolsillo. Los de Ancelotti sacaron la victoria de Cornellà-El Prat para darle mordiente a una Liga que sigue muy viva tras el empate a 0-0 entre Atlético y Barcelona en el Calderón de este pasado sábado. El gol de Pepe mediada la segunda mitad da aire a un equipo que encuentra a Modric a su principal valedor.
Ancelotti dio una nueva oportunidad a Di María. Con el mismo planteamiento que dibujó en Vallecas hace algo más de dos meses, el Madrid volvió al 4-3-3, con Di María por dentro, donde juega con Argentina, donde se pierde en el Madrid. El ‘Fideo’ lo intentó, le puso ganas, quiso enmendar su ‘acomodo’ frente a Osasuna en Copa, pero no tuvo suerte. La misma que lleva esquivando a Ramos en lo que llevamos de temporada. Llamémosle suerte, por no decir ganas. El central anda perdido, obnubilado, en año de Mundial. No encuentra su mejor fútbol, ese que lastra al equipo y concede ocasiones gratuitas para su rival. Córdoba casi se gana su viaje a Brasil 2014 gracias al de Camas. El colombiano fue un auténtico tormento para la zaga blanca, en especial para el sevillano, que perdió casi todas sus luchas con el ariete periquito.
“Excelente trabajo, hijos de puta”, como diría Javier Aguirre. Satisfecho debe de estar el técnico mexicano del trabajo de los suyos. Salieron con ganas de comerse el mundo, de poner en problemas a todo un Real Madrid. Manejaron el cuero y los tiempos en el arranque de partido, no agacharon la cabeza y lo intentaron por todos los medios. Hasta hicieron pedir la hora a los jugadores blancos.
Remate de Pepe para el gol del Real Madrid vs Espanyol | Getty Images
El Real Madrid sufrió. Arañó tres puntos para seguir soñando con el título, con el que tendrá que luchar contra Atlético y Barça. Jugándoselo en sus enfrentamientos directos. Un Madrid que vive gracias a la genial cabeza de Modric, vital en lo que llevamos de temporada. El croata inventa, dirige y pone acento a un juego que todavía no ha encontrado su plenitud. El equipo actúa a bandazos, con intensidad en tres cuartos de campo y con miedo en la retaguardia. Sin Cristiano y Bale inspirados, los blancos se rindieron al juego del croata, quien puso criterio e ingenio. Inspirador de las mejores contras, las jugadas de peligro y, cómo no, el gol. De sus botas nació el 0-1 de Pepe. Falta lanzada desde el franco derecho del ataque blanco y gol del zaguero luso, el tercero esta temporada, el gran líder de la defensa madridista. Él, el croata y Benzema, de lo poco salvable del partido de Cornellà.
El Real Madrid cierra la primera vuelta a tres puntos de Atlético y Barça. Con la esperanza de seguir mejorando su imagen, muy lejos aún de lo que esperan sus aficionados. Tres puntos y poco más. Los blancos dependen de sí mismos. Cumplen el objetivo.
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