Christian DÍEZ – Pocos jugadores pueden presumir a los 24 años de edad de haber estado en tres de los equipos más lustrosos de toda Inglaterra. Daniel Sturridge es un de esos privilegiados. El de Birmingham creció al abrigo de la cantera del Manchester City, para fichar por el Chelsea un par de meses antes de cumplir la veintena. A Stamford Bridge llegó con aires de gran promesa, pero nunca tuvo grandes oportunidades para demostrar su carácter y sobre todo, su oportunismo de cara a puerta. Una buena cesión al Bolton, donde marcó 8 goles en 12 partidos, le otorgaba una nueva oportunidad en el cuadro blue, pero un año y medio no fue tiempo para su consagración. El Liverpool llamaba a sus puertas en el pasado mercado invernal, y ahí está, haciéndose un hombre.
El 2 de enero de 2013 se hacía efectivo el pase de Sturridge al conjunto red. Brendan Rodgers buscaba en el joven futbolista inglés un compañero de andanzas para Luis Suárez. Un jugador que imprimiese cierto optimismo a un equipo que viajaba a la deriva y sin rumbo fijo. Como así sucedió.
Sturridge debutó ante el Mansfield, en la FA Cup. 53 minutos para demostrar que el club no se había equivocado al invertir 15 millones de euros en su fichaje. Marcó el gol del triunfo, el que le daba a su equipo el pase a la cuarta ronda. Idilio con el gol que continuó en los siguientes dos encuentros, ante United y Norwich, convirtiéndose en el primer futbolista que marcaba en los tres primeros partidos defendiendo la camiseta del Liverpool de toda su historia.
Los números siguieron agigantándose, hasta el punto de cerrar la temporada con 16 partidos y 11 tantos, marcando un tanto cada 112 minutos, la mejor media del equipo en el pasado año. Números que este año no han parado de mejorar, marcando 11 goles en 14 encuentros (uno cada 104 minutos). Pero el valor de Sturridge va más allá de sus cifras anotadoras. El jugador inglés ha recobrado la sonrisa, se ha hecho hombre. Ha encontrado esa plenitud que le faltaba en su carrera. Esa naturaleza de sentirse vital.
Sturridge y Suárez celebrando un gol vs Newcastle | Getty Images
Gracias a la aparición en escena de Sturridge, Luis Suárez ha mejorado aún más su voracidad. Su compañero de batallas en el ataque red, le imprime esa fuerza, ese tesón que complementa a la perfección al charrúa. Con ellos en el once, este curso el Liverpool sólo ha perdido dos encuentros de ocho posibles, fabricando entre ambos tres goles (uno de Sturridge y dos de Luis Suárez), sumando en total 14 dianas en dichos encuentros.
En el último mes, Sturridge no ha estado con el equipo tras sufrir un esquince de tobillo. Su reaparición no se espera hasta el 12 de enero, ante el Stoke. El equipo le echa en falta, en su ausencia han perdido dos posiciones en la tabla, siendo cuartos clasificados, cediendo tres derrotas, dos de ellas ante los ex equipos de Daniel, City y Chelsea, los cuales pelean con el Liverpool por los puestos de privilegio en la tabla. El equipo le necesita. Echa en falta su dinamismo y vitalidad, el apoyo perfecto para hacer aún más letal a su zona de ataque.
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