Su aparición fue un halo de esperanza para el fútbol argentino. Uno de los grandes signos de preguntas que necesita resolver Gerardo Martino en la transición generacional que está viviendo la Selección es quién será el reemplazante de Javier Mascherano cuando su ciclo llegue al final.
Lejos de generar preocupación, uno de los jugadores claves de la Argentina en el milenio tiene un sustituto de lujo, que fue campeón de todo con River y en enero llegará al Atlético de Madrid: Matías Kranevitter.
El tucumano tiene solamente 22 años pero juega con la experiencia, el conocimiento y la precisión de uno de sus grandes ídolos, sino el más: Sergio Busquets.
Parte de su talento es innato, pero también una gran porción es aprendido y trabajado. Hace un tiempo, el propio volante central contó que una de las claves de su juego es su entrenador, Marcelo Gallardo, quien le hace ver videos de Busquets.
“Más allá de que me hizo ver muchas imágenes suyas, yo ya lo seguía desde siempre, para mí es un referente en el puesto. Lo que más me insistió Marcelo es que vea cómo se mueve, qué posiciones ocupa en la cancha… es un ejemplo. Cómo va a presionar para adelante y para los costados, cómo retrocede, cómo toca de primera… Me sirve mucho verlo jugar”.
Esas últimas palabras son, precisamente, las claves del juego de Kranevitter: el posicionamiento, los relevos y los pases precisos. Dicen que el volante central que corre innecesaria y constantemente es porque no sabe cómo ocupar los espacios en la cancha. Justamente, esa es su mayor virtud.
Con un River corto, que utiliza los famosos cuatro primeros segundos de Guardiola para presionar y recuperar rápido, él es la pieza clave de un mediocampo que debe ser un reloj suizo para no dejar expuesta a la defensa: “Hay cuatro sectores de la cancha donde el equipo presiona con más intensidad, y el técnico me pide que sea yo el que marque el momento de esa presión”.
¿Qué ganará el Atlético de Madrid con Kranevitter? Un volante que absorberá los conocimientos con una velocidad increíble, que sostiene él sólo el mediocampo pero que también se adapta a tener compañía, que disfruta de la presión arriba, cerca del área rival y de los atacantes propios, y que demuestra la claridad mental de un veterano a la hora de tomar decisiones tanto a la hora de analizar cómo y cuándo salir jugando desde el fondo, como para pesar en el ataque.
La obsesión de Gallardo por pulir su joya no terminó en Busquets, sino que se expandió a otros referentes: “También me hizo ver partidos de Pirlo. Lo que quiere que incorpore, sobre todo, es la posibilidad de pegarle de afuera”.
El gol es, precisamente, el gran déficit de un jugador que, cuando se le abra el arco, sin dudas marcará una época en Europa.
Buenos Aires, 1990. Periodista deportivo. Apasionado del fútbol y la táctica. Aprendiendo y analizando constantemente. Bielsista. Soñando con dirigir. Blog: matinavarrogarcia.wordpress.com