Durante mucho tiempo se han hecho muchas bromas de Jesús Vallejo. ¿La razón? Su cortesía ante los medios. Cada vez que le hablaban los periodistas él respondía con un “muchas gracias” que parecía motivo suficiente para reírse de él en las abyectas redes sociales. En fin. El caso es que el central aragonés, tras un curso en el que apenas ha pisado el verde, ha visto que su arduo trabajo lejos de los focos le están dando resultado. De repente, sin avisar, el guionista de esta temporada tan loca del Real Madrid ha colocado al español en empresas inimaginables hace tan solo unas semanas. Qué mérito.
Varias fuentes del club, aseguraba AS hace unos días, decían que el canterano del Real Zaragoza es infatigable: parece ser que ha llegado a estar dos horas antes de los entrenamientos, siempre con una sonrisa. Quizás los que lean estas líneas pensarán que es lo mínimo que tiene que hacer un futbolista que cobra dos millones de euros al año, pero ese sería un ejercicio de demagogia barata. Ha habido un sinfín de casos en el balompié profesional de jugadores que no solo son alérgicos al esfuerzo cuando ven que no tienen oportunidades, sino que expanden su descontento en el vestuario para contaminar el ambiente. Vallejo no es así.
Seguramente, jamás olvidará la tarea que le encomendó Carlo Ancelotti -que no le quería a principio de curso- ante el Manchester City: frenar el vendaval inglés en toda una semifinal de la Champions League, tras estar toda la temporada en el ostracismo. El Santiago Bernabéu, entregado a su equipo, coreó cada despeje del zaguero maño. Su actuación en esos pocos minutos frente al cuadro de Pep Guardiola será recordada por los aficionados madridistas.
La más que probable llegada de Antonio Rüdiger parece cerrarle casi definidamente las puertas en Chamartín. De hecho, varios medios especializados en traspasos ya han conversado sobre el interés que ha despertado últimamente por sus buenos envites. Sin embargo, en el club de la capital de España hemos visto cosas muy extrañas. Su situación contractual, tiene un acuerdo hasta 2025, y su baja ficha pueden significar que se quede un poco más en el Madrid. Evidentemente, poseer en tus filas a un futbolista de la calidad humana de Vallejo es importante porque no solo vale con lo futbolístico: para gestionar una plantilla correctamente hay que tener a buenas personas. Y él lo es. Muchas gracias, Jesús.
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