Ayer fue día de derbi madrileño, uno de los mejores de nuestro fútbol. El Atlético de Madrid, todavía con los deberes de la Champions por hacer, recibía a un Real Madrid con muchas rotaciones, visto que ya tienen el título de liga asegurado y una final de Liga de Campeones en menos de tres semanas. Lunin, Vallejo y Jovic fueron las principales novedades en el 11 titular.
En general, el dominio fue rojiblanco. Tuvo más y mejores ocasiones. El gol de la victoria terminó siendo por la vía de los once metros, pero pudo haber marcado varios más a través del juego trenzado, como el disparo de Griezmann que se fue rozando el palo o los de Carrasco que fueron por el mismo camino, incluso uno que se estrelló en el poste y cruzó entre la espalda de Lunin y la línea de gol. Pero el partido se resolvió con un pisotón y posterior derribo de Vallejo a Cunha dentro del área que en primera instancia no se señaló como penalti y fue rectificado por el VAR. Carrasco, el mejor de los rojiblancos, lanzó y transformó.
Oblak también terminó firmando un gran partido pues logró detener varios disparos de los merengues. Hizo un total de seis paradas, dos desde dentro del área y alguna bastante meritoria, como el palmeo arriba que desvió un misil lejano de Valverde.
Con esta victoria el Atleti abre una brecha de seis puntos con el Betis, que perdió contra el Barça, y todavía no asegura su presencia en la próxima Champions, pero suma muchas papeletas. Quedan tres jornadas por lo que lo más probable es que termine aferrándose, como mínimo, a esa cuarta plaza. La gran baza del Betis ha de ser el enfrentamiento entre Atleti y Sevilla, que puede volver a dejar a uno de los dos atrás.
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