Es normal que el aficionado madridista, afiliado normalmente al drama, no quiera saber nada de comunicados oficiales y de partes médicos. Lo cierto es que últimamente, entre que el CM de la cuenta oficial está juguetón y que algún hacker timorato ha hecho de las suyas, no nos hemos aburrido. Y ahí está la inacabable fuente de trolls que alimentan a una entidad muy hermética, siempre al acecho para acentuar memes que nunca sobran. Más allá de las bromas, hay un problema real en el Real Madrid: las lesiones son costumbre cada semana. Zinedine Zidane ya no sabe dónde mirar.
Ya no te da tiempo, de hecho, ni a escribir sobre un futbolista. Un día preparas un artículo, feliz, sobre Fede Valverde y al día siguiente sale la maldita noticia de su lesión. Lo mismo con Toni Kroos. Y lo de Eden Hazard merece varios documentales. Es difícil comprender qué ocurre con el belga, fichado por un dineral y que hoy nadie sabe con certeza lo que le duele. Mientras, el técnico francés abusa de dos de los mejores centrocampistas de la historia para mantenerse en la pelea por Champions League y LaLiga. Es el momento clave en el que los merengues dan el paso adelante. El madridismo lo sabe. Veremos cómo llega la plantilla con partidos día tras día; casi sin descanso.
La música de la Champions League es como la de Alan Parsons Project para Michael Jordan. Cuando empiezan a sonar, interpretan que es ahora o nunca. Por ello, este parón de selecciones es importantísimo para el cuadro de la capital. Ya no solo por recuperar a algunos de los futbolistas en el ostracismo en plantilla, sino para que no caigan los que estaban bien. De momento, el parte de guerra no es bueno: dos lesionados en cuestión de días. Qué mala pata para un conjunto que afronta el momento decisivo del curso en Dunquerque. A los madridistas se les encasquillan los fusiles en plena batalla.
Karim Benzema, por otro lado, sigue mirando mal a un pobre Vinicius que lo intenta. El francés se asemeja al ínclito Michael Scott aleccionando a un becario que aún parece que no se encuentra en la oficina. Buen acicate para que diferentes medios lo plasmen con un clásico vídeo que se titula tal que así: “Esto es lo que pasó entre Vinicius y Benzema”. Y lo mejor de la historia es que todo esto, en mayo, puede acabar con otra orejona. No sería la primera vez en la historia de la entidad. Cuando parece que hay más problemas, mejor para ellos. Que sigan sacando partes médicos.
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