Como si de una partida de Football Manager se tratase o como si uno pudiera fichar jugadores para un combinado nacional, Jamaica busca volver al Mundial. Solo ha participado en uno en toda su historia (Francia 1998), y con la inmediatez del la Copa del Mundo de Qatar y la celebración del torneo en un territorio cercano en 2026 (México, Canadá y EEUU), la tierra que vio nacer a Usain Bolt está tejiendo los hilos para situarse entre las 32 mejores selecciones del globo.
Hoy en el puesto 47 del Ranking FIFA, de golpe y plumazo la Federación del país ha anunciado que está en trámites de conseguir la nacionalidad de muchos jugadores de tronío que harán tambalearse la confederación CONCACAF y pondrán a los Reggae Boyz como claros candidatos a ganarse un lugar en las próximas citas internacionales.
Y es que la selección que comanda un talento como Leon Baley verá sumadas a sus filas en los próximos meses a jugadores tan importantes como Michael Antonio (West Ham), Andre Gray (Watford), Isaac Hayden (Newcastle), Nathan Redmond (Southampton), Mason Holgate (Everton), Ivan Toney (Brentford), Demarai Gray (Bayer Leverkusen), Liam Moore (Reading) y Kemar Roofe (Rangers). Todos ellos ya han dado el sí, siendo claramente el jugador del West Ham la punta de lanza, y la Federación también está tratando de convencer al lateral Max Aarons para que se una a tan suculento proyecto. Aarons, de momento, es internacional juvenil con Inglaterra y de hecho será el carrilero derecho titular en la Eurocopa Sub21 que comienza la semana próxima, pero al no haber debutado en partido oficial con la absoluta su traspaso a la selección caribeña aún es posible.
El objetivo no es otro que sembrar la semilla de lo que venga en el futuro. Un efecto llamada que haga que la llegada de jugadores de nivel haga cambiar de opinión a tantos futbolistas ingleses con raíces jamaiquinas y condicione el objetivo futuro de los chicos que quieren ser como Usain Bolt en la tierra de los mejores velocistas del planeta.
Es evidente, que el proyecto es más bien a largo plazo, que uno no construye una selección de la noche a la mañana y que el encaje de piezas se tendrá que dar a fuego lento. El seleccionador, Theodore Whitmore, sabe qué es eso de jugar un Mundial. Es quizás la mayor leyenda futbolística del país, tras meter los dos goles de la única victoria que consiguió la selección en aquel torneo de 1998. Ahora sueña con escribir su nombre con letras de oro llevando, desde el banquillo, al equipo a otra cita mundial.
Imagen de cabecera: Michael Wade/Icon Sportswire/Getty Images
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