La última exhibición de Toni Kroos y Luka Modric elevan una vez más la posición de centrocampista a otro nivel. Toni, ya con los 31 cumplidos, y Luka, a unos meses de cumplir los 36, se empeñan en seguir ofreciendo un clinic cada tres días, el tiempo que pasa entre un partido y otro del Real Madrid.
Tan distintos como complementarios, sustentan el mediocampo blanco y de sus respectivas selecciones a una edad donde muchos jugadores ya enfilan el final de sus carreras. Luka mantiene un cambio de ritmo notable cuando conduce la pelota y se ha convertido en un motor diesel que le transforma en uno de los centrocampistas más resistentes del fútbol europeo. Recupera muchos balones por colocación e intuición y después los juega con maestría.
En su última función ante la Atalanta multiplicó sus funciones y ante la ausencia de Casemiro, asumió los galones en la salida de balón del equipo en el tramo inicial de la segunda parte para ayudar al Real Madrid a certificar la eliminatoria.
Cuando Gasperini, el técnico de la Atalanta, dio entrada a Zapata y le juntó con Muriel arriba, Modric respondió jugando con una seguridad increíble en auxilio de sus centrales ofreciendo ayuda y seguridad en el inicio de las jugadas de ataque de su equipo.
Antes, en la primera parte y cuando la Atalanta solo jugaba con un delantero, aprovechó el oxígeno que aporta Valverde al equipo, para descolgarse arriba y ser decisivo en la jugada del uno a cero asistiendo a Benzema. Modric completó un partido espectacular.
A su lado, Toni se mostró como un acompañante perfecto. Su media naranja. Siempre aplicando los tiempos correctos a cada jugada. El manual de controles orientados de Toni Kroos no tiene fin.
En cada jugada gana una décima de segundo con su primer control. Siendo un jugador lento de movimientos, es tan rápido de mente y bueno técnicamente, valga el pareado, que la jugada siempre adquiere más relevancia cuando la pelota pasa por sus botas.
Kroos sabe desplazar en corto y en largo. A él le gusta iniciar el juego acostado sobre la banda izquierda, pero sin la presencia de Casemiro, centró su posición junto a Modric, y desde allí galvanizó el juego como es él, sin ningún aspaviento.
Al son de Kroos y Modric se juega mejor. Si a ellos les sumas a Benzema, el Madrid se garantiza un control exquisito de la pelota y una capacidad extraordinaria para mejorar la jugada, por el excelente conocimiento del juego y calidad que poseen los tres.
El futuro del Madrid en la temporada reside en lo que dure el combustible de los dos, pero de momento aguanta y no parece necesario parar a repostar en el camino.
Es posible que busquen uno de sus últimos bailes en la competición favorita de Palacio, donde su equipo ganó el concurso hasta en 13 ocasiones. En mayo hay una nueva final del evento y ellos siguen opositando a estar entre las parejas finalistas. De momento esperan los cuartos de final …
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