Hay veces que las situaciones de máxima necesidad, derivan en una toma de decisiones que termina siendo muy favorable. La historia del fútbol, y del Real Madrid en particular, está plagada de casos así.
La Quinta del Buitre emergió en unos años de crisis económica severa en el club, unida a unos resultados deportivos que no acompañaban. El Real Madrid actual vive momentos delicados. Las lesiones y baja forma de alguno de sus miembros, obligó a Zidane a cambiar su dibujo en los últimos minutos del partido en Huesca, colocando tres centrales que puntualmente mejoraron el juego del equipo.
Decidió mantenerlo ante el Getafe y sin ser un equipo brillante, se mostró más aplicado en defensa, recuperó en parte a Marcelo en ataque, blindado por Mendy, y le permitió sobrevivir mejor a la baja por lesión de Sergio Ramos.
La cantera también asoma en el primer equipo gracias a la plaga de lesiones y jugadores como Marvin, Arribas o Chust tuvieron minutos. No son situaciones exactamente iguales, pero la decisión de tirar de la cantera y cambiar el dibujo para jugar con tres centrales, un sistema poco utilizado en la historia del Real Madrid, recuerda a la decisión que tomó Vicente del Bosque en la temporada 1999-2000 con mucho éxito. Ese equipo terminó ganando la Champions.
El Madrid históricamente utilizó pocas veces la fórmula de los tres centrales, pero dos veces lo hizo con un éxito rotundo. Toshack en la 89-90, por decisión propia y desde el principio, con Ruggeri, Hierro y Sanchís. Y el equipo fue campeón de Liga firmando 107 goles, y Del Bosque en el 2000, conquistando la Octava Copa de Europa en la historia del club.
En el invierno del 99 y comienzos del 2000, una plaga de lesiones, sobre todo arriba, obligó a Del Bosque a mirar abajo. No era una época de especial brillantez en la cantera, pero Vicente tiró de dos delanteros, uno español y otro argentino, Meca y Zárate, que marcaron goles clave para que en ese momento el equipo no se desenganchara de la Liga.
Con el inicio de la primavera del 2000, las lesiones llegaron a la zona defensiva. Fernando Hierro y Manolo Sanchís, ya en su penúltima temporada en el club, cayeron lesionados. En vísperas de recibir al United, en la ida de cuartos de final de Champions, Del Bosque decidió armar el equipo con tres centrales, Iván Campo, Helguera y Karanka.
Ese dibujo potenciaba mucho a los carrileros, Míchel Salgado y Roberto Carlos. Ambos devoraban metros y metros de banda. Puso al mando de las operaciones a Fernando Redondo con un escudero de lujo, Steve McManamann, orfebrería fina.
Raúl lo equilibraba todo yendo y viniendo, y arriba recuperó al díscolo Anelka, para acompañar a Fernando Morientes. El Madrid eliminó al Manchester United en cuartos, con un partido memorable en la vuelta disputada en Old Trafford. Y al Bayern en semifinales. Un Bayern que había goleado dos meses antes al Madrid, en la segunda fase de grupos que se disputaba en aquellos años en la Champions.
En la final ante el Valencia solo hubo un equipo y fue el Madrid que ganó por aplastamiento ante eL Valencia de Cúper. Hay veces que la historia se repite y otras no. Pero hay ciertas similitudes entre aquella decisión de Del Bosque y esta de Zidane, aunque no sabemos si le dará la misma continuidad que le dio Vicente.
En el fútbol es obligatorio a veces mirar atrás para dos pasos adelante.
Imagen de cabecera: Ben Radford /Allsport