No a Neymar

Todo
aficionado celebra los goles de su equipo con gran alegría, pero siempre queda
hueco para elevarla un poco más si el protagonista te cae bien. No digamos ya
si es el ídolo de la infancia, cuando podemos llegar a hacer nuestro el gol: yo
mismo marqué 323 goles con el Madrid a través de Raúl.

Es derecho
del hincha querer más a unos jugadores que a otros, igual que desear unos
fichajes y vetar otros en caso de pintar algo. Si el Madrid hiciera un
referéndum para ver si la afición desea la contratación de Neymar, yo votaría
no.

Aquí van
mis argumentos de la campaña del no: en cinco años en Europa no ha sido capaz
de superar a Messi o Cristiano; no vendrá cobrando menos que en el PSG, lo cual
provocará un efecto dominó para exigir aumentos de sueldo de los que han ganado
tres (puede que cuatro en unos días) Copas de Europa; se marchó del Barça para
ser líder y no estar a la sombra de Messi, ¿se cobijaría a la de Cristiano sin
alterar el vestuario?; tiene todo lo malo que trajo el primer Cristiano y
bastante poco de la profesionalidad del portugués, cuesta imaginarse a Neymar
con el estado físico de Cristiano a los 33 años; si llega al Madrid este
verano, ¿quién puede asegurar que dentro de uno o dos años no le apetezca
marcharse a la Premier a seguir de gira? Además están su padre, los Toiss, el
cumpleaños de la hermana en marzo al que no puede faltar… La persona no se
puede separar del futbolista.

Los
economistas dirán que es un fichaje estratégico para las arcas del club: si ése
es el criterio a seguir, sólo hace falta volver al principio del siglo para ver
cómo acabó lo de priorizar lo que por entonces se llamaba mercadotecnia.

Si alguien
pide alternativas, se las doy: antes que a Neymar ficharía a Kane, porque el
Madrid necesita un nueve que meta goles cuando Cristiano no lo haga; de Benzema
ha quedado claro que ese papel no se puede esperar. Además, del Tottenham
intentaría traerme al sustituto que la naturaleza ha escogido para Modric (33
años en septiembre): el danés Eriksen. Y les devolvería a Bale.

Si se
quiere un perfil más parecido al brasileño y que aporte desborde, mi elegido es
Mbappé, quien quizás llegue a dominar el fútbol mundial antes que Neymar: el
fin de Messi y Cristiano podría pillarle con el arroz en su punto.