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El cuándo SÍ importa

«Hay dos opciones,
seguir o irme. Antes del 30 de abril tomaré la decisión. Lo que elija será lo
más honesto para mí y para el club», Andrés Iniesta, el pasado 14 de
marzo. Nunca es fácil decir adiós. Sueñas con que nunca llegará ese momento.
Sueñas con no tener que planteártelo. Pero el día llega. Y las dudas se
convierten en tu mayor enemigo.

Andrés Iniesta es un jugador especial.
Un futbolista de la casa que a base de sacrificios, trabajo, paciencia y
perseverancia logró hacerse un hueco en el XI inicial para no volver a salir de
él. Si no fuera porque ha coincidido con Messi, el manchego sería considerado
el mejor jugador de la última década del Barcelona: un futbolista que sabe
marcar las diferencias ya sea a través de la pausa o del desequilibrio. Un
jugador que sabe ponerse al equipo a su espalda. Un jugador que se ha ganado a
pulso, en cada partido, poder decidir cómo y cuándo poner punto y final a su
etapa como azulgrana.

Su posible adiós es un golpe para el
equipo. Iniesta no es un jugador cualquiera, es un seguro de vida. El equipo,
inevitablemente, va a acusar su baja. No obstante, como todo en la vida, uno
puede intentar minimizar los daños. Y aquí entra el papel del club. Hay que
dejar que decida que quiere hacer libremente, sin presiones, pero si decide
irse hay que intentar que, como Mascherano, siga hasta enero. Algunos se
preguntarán para qué. La respuesta es muy sencilla: para ayudar en la
transición. Aleña subirá al primer equipo en verano y qué mejor profesor que un
jugador del bagaje de Iniesta.

Pongámonos en situación. El Barcelona
cuenta en su actual plantilla con siete jugadores en el centro del campo:
Busquets, Rakitic, Paulinho, Iniesta, Coutinho, André y Denis. A ello hay que
sumarle los cedidos Samper y Rafinha, el comodín de Roberto y el fichaje de
Arthur, que ya veremos si se acaba incorporando y, de hacerlo, si lo hace en
verano o enero.  De estos 11, André,
Denis, Samper y Rafinha difícilmente continuarán de azulgrana la temporada que
viene. Además, Roberto seguirá siendo más un comodín que una realidad. Por
tanto, quedan seis jugadores, entre los que están un Iniesta que apunta a salir
y un Arthur que es una incógnita de cuándo llegará.

Con Busquets, Rakitic, Paulinho y Coutinho
no es suficiente. Aleña, Arthur e Iniesta completarán el roster. Es aquí cuando
el manchego puede  jugar un papel clave
en su transición. Para Aleña y Arthur, en caso de que este último se incorpore
en verano, no es lo mismo compartir vestuario cuatro meses con Iniesta o no. El
manchego puede aportar a base de consejos su granito de arena en la adaptación
de ambos. Si adaptarse al Barcelona no es sencillo, contar con el soporte de
uno de los mejores centrocampistas del siglo XXI es una bendición. Andrés
Iniesta es un jugador único. 

Barcelona, 1996. Proyecto de periodista. Vocacional. FC Barcelona y Paris Saint-Germain. @uaoceu. Colaboro con @Radiodesvern, @SpheraSports y dirijo @PSGsphera.

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