Cuando lo de menos es el balonmano

Nuestro protagonista de hoy es Obadah Alkrad, uno de esos
jugadores que nunca levantarán la Champions League, ni nunca disputará unos
Juegos Olímpicos pero su historia es la de un auténtico superhéroe.

La historia de Obadah con el balonmano comenzó en su país
natal, Siria. Antes de que la maldita guerra civil sumiera al país asiático en
el más profundo caos, se cobrara la vida de más de 300mil personas, e hiciera
que 10 millones de personas tuvieran que abandonar su hogar. Obadah era
internacional absoluto con la selección siria, pero en 2015 después de cuatro
años de continuos bombardeos, disparos y fuego de mortero, su familia decidió
huir de aquel infierno, al que antes llamaban hogar, rumbo a Alemania.

Tal como relataba el propio Obadah al portal handball-word, su mujer, su hijo de tan solo 6 meses y él mismo, emprendieron el viaje más
peligroso de sus vidas. Su primera parada fue Turquía, a donde llegaron en
barco. Tras pasar por el país de la media luna, pusieron rumbo a Hungría,
atravesando Bulgaria y Rumanía. En palabras textuales de Obadah «Desde
Turquía nosotros simplemente caminamos la mayor parte del viaje hasta llegar a
Berlín, a veces cogíamos un autobús» Una auténtica odisea de más de 3.000
km, en busca de algo tan sencillo y tan valioso como sobrevivir. Una vez que
pudieron llegar a Hungría, la familia Alkrad pudo coger un tren que los llevó a
Berlín. Ya en el país germano y tras mucho luchar consiguieron un pequeño
apartamento donde comenzar una vida.

Ya han pasado dos años desde que Obadah y los suyos se
asentaron en Berlín, ahora Obadah puede seguir disfrutando de su pasión en el
VfV Spandau berlinés, de la  4ª división
germana. En palabras de sus compañeros de equipo «Desde el principio sabes
que es un buen chico, es muy amable y nos ayuda mucho»

A sus 33 años sigue apartando experiencia y calidad al juego
del equipo, aunque en esta historia lo de menos sea el balonmano.