¿Otra oportunidad desaprovechada?

Como ya es habitual, la atención a los deportes minoritarios
cuando se consigue un éxito dura una semana.

En el caso del
balonmano y el oro europeo de los Hispanos se ha vuelto a ver esta mala
costumbre de los grandes medios nacionales, muchas entrevistas y actos tras la
medalla, pero solo siete días.

Nos pasó lo mismo tras ganar los mundiales de Túnez 2005 y
España 2013, exactamente lo mismo pasó tras los bronces olímpicos en Atlanta,
Sídney o Pekín. Pero por una vez hagamos autocrítica, porque aunque no nos
guste reconocerlo, nosotros (aficionados, clubes y federaciones) tenemos gran
parte de la culpa de la poca atención mediática que recibe este deporte.

Seamos realistas y
honestos, nunca jamás ningún deporte en España podrá igualar al fútbol, por
diversos motivos. Desde  la tradición, al
número de licencias federativas, pasando por afición  o publicidad. Seamos conscientes de lo que
podemos conseguir y no nos dejemos llevar por fantasías inalcanzables.

Nuestros clubes también tienen gran parte de la culpa de que
el balonmano, a día de hoy, no sea lo profesional que debe ser. En la
«época dorada» los equipos españoles (San Antonio, Ciudad Real,
Bidasoa Irún, FC Barcelona, Teka Cantabria) 
eran los dueños de Europa. Entre 1990 y 2009 nuestros equipos ganaron la
friolera de 13 Copas de Europa, 11 Recopas, 5 Copas EHF y 9 Supercopas
Europeas.

En esos años los mejores jugadores del mundo estaban aquí,
los sueldos más altos los pagaban los equipos de ASOBAL. Pero este boom del balonmano español se debió a
que los equipos no pararon de hacer «castillos en el aire» endeudándose
demasiado, dependiendo únicamente de subvenciones públicas y de empresas del
ladrillo y no haciendo estructuras profesionales y solventes. Luego pasó lo que
pasó,  que a excepción del Barça y el
Bidasoa, quien tuvo que reinventarse pasando de luchar por títulos a  luchar por la permanencia, todos esos equipos
desaparecieron.

Pero lo peor de todo es que parece que no hemos aprendido
nada de esa traumática experiencia, porque la mayoría de los equipos siguen
dependiendo a un 70% de las subvenciones recibidas de Ayuntamientos,
Diputaciones o Juntas. Se siguen sin formar unas estructuras profesionales
desde la base de los equipos y el buen marketing sigue brillando por su
ausencia. Por no hablar de las condiciones laborales o seguros médicos de los
propios jugadores y jugadoras, porque este tema da para otro artículo.

Por otra parte, manda narices que en el año 2018 seguimos
sin poder ver TODOS los partidos de la Liga Loterías ASOBAL  ni de la Liga Guerreras Iberdrola. ¿Tanto
dinero cuesta poner un streaming en directo en cada pabellón?

Si queremos tener una
Liga profesional, los equipos deben buscar grandes empresas que vean un negocio
rentable en este deporte. Además, no sería mala idea convencer a los grandes
equipos de fútbol de que crear una sección propia de balonmano es un gran
negocio, ¿Se imaginan el ambiente en un Barça-Madrid en el Palau Blaugrana? ¿O
cómo viviría Sevilla un derbi Sevilla-Betis? Estoy completamente convencido de
que el balonmano crecería una barbaridad.

También decimos demasiadas veces que los medios de
comunicación no dan la cabida que se merece al balonmano, y es completamente
verdad, por supuesto. Pero si  nosotros
mismos no somos capaces de vender este deporte y de llenar los pabellones, los
grandes medios nacionales no van a tener interés en cubrir un partido al que
apenas van mil personas.

La Real Federación Española de Balonmano tampoco se libra
tampoco de las críticas. Una Federación que en una concentración de juveniles
en el CARD de Sierra Nevada, hace que los propios chavales se tengan que pagar
su viaje de ida a Madrid, se tengan que llevar un bocadillo de casa porque no se
les da la comida, que tengan que devolver la ropa que han usado en la
concentración… Con cosas así, pocas licencias federativas se han perdido en
los últimos años ¿Así cuidamos nuestro futuro? ¿Con estas condiciones queremos
ganar un oro olímpico?

Si queremos ser otra vez la mejor  liga del mundo, tenemos que trabajar como
profesionales y dejarnos de tanto salir en las fotos cuando los jugadores y
técnicos consiguen un éxito.