Calidad y fortuna a partes iguales

Los porteros y los defensas deben evitar los goles, los centrocampistas crearlos y los delanteros anotarlos. Eso dice la teoría. El problema viene cuando tu delantero centro, autor de 120 goles en sus tres primeras temporadas, tan solo lleva tres en su cuarto año. Dicho problema se agrava cuando el fichaje estrella que debería completar el tridente del ataque se lesiona en la jornada 4 y puede que no vuelva hasta el 2018.

Bien es cierto que el Barcelona es el máximo goleador de La Liga, con 30 dianas. Acumula 41 tantos en todas las competiciones, lo que supone una media de 2,5 goles por partido: una auténtica bestialidad.

El reparto de goles está siendo bastante dispar. Lejos quedan las igualadas cifras entre Messi, Eto’o y Henry; Messi, Villa y Pedro o Messi, Suárez y Neymar. El líder indiscutible en la delantera azulgrana sigue siendo el insaciable Leo. Es el pichichi de la Liga con doce tantos y acumula 16 en todas las competiciones. El promedio de, prácticamente, un gol por partido no hace más que acrecentar su grandiosidad esta temporada.

La sorpresa salta cuando bajamos al segundo puesto en los máximos goleadores del Barça esta campaña. ¿Luis Suárez? ¿Alcácer? ¿Paulinho? ¿Deulofeu? Ni mucho menos. Son los goles en propia: hasta cinco han obtenido los culés esta campaña. Tres de ellos en Liga –uno ante el Betis y dos ante el Girona– y dos en Champions –contra el Sporting de Portugal y el Olympiakos.

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Todavía es más sorprendente si nos fijamos que todos ellos, a excepción del segundo ante el Girona, sirvieron para abrir la lata. Es más, el primer gol liguero del Barcelona este año fue del bético Toșca en propia meta. Un hecho que no sucedía desde la temporada 87/88. Por si fuera poco,el único gol del partido ante el Sporting de Portugal fue de Coates en propia puerta. De esta manera, el Barça ganó por primera vez un partido en la historia de la Champions gracias a un gol en propia puerta.

Estos datos, por sí solos, perderían relevancia y serían anecdóticos. Sin embargo, si tenemos en cuenta las alarmantes cifras goleadoras de Luis Suárez, hacen que tengan más valor. El uruguayo vive del gol y tan solo ha anotado tres en lo que llevamos de temporada. Se trata más de una cuestión de confianza que no de calidad, aunque muchos ya le quieran enterrar.  Tal y como él ha afirmado: «No se me puede reprochar nada. Cuando entre una, entrarán muchas más». Para vencer los partidos es necesario sobreponer tu calidad a la del oponente, pero en algunas ocasiones es necesario que la diosa fortuna esté de tu lado.