La holandesa Dafne Schippers y la estadounidense Emma Coburn se erigieron hoy en las estrellas de la antepenúltima jornada de los Mundiales de atletismo que hasta el domingo se disputan en Londres al conquistar el oro planetario en los 200 metros y los 3.000 obstáculos respectivamente.
La victoria de Schippers en la definición de los 200 no fue una sorpresa. La campeona europea ya había se había coronado en Pekín 2015 como la reina de la especialidad. Hoy, en el Estadio Olímpico de Londres, en un ajustadísimo final de carrera, simplemente ratificó esa condición.
«Estoy muy feliz, era muy importante para mí ganar aquí. Trabajé tan duro en los últimos años y el pasado no fue el año más fácil para mí. Lo cambié todo, también a mi entrenador, así que estoy muy feliz», afirmó la poderosa Schippers tras conquistar su oro.
El triunfo de Coburn en la final de los 3.000 obstáculos sí rompió moldes, en cambio.
Emma Coburn (Getty)
Casi nadie podía haber imaginado que la rubia Coburn correría y sortearía los obstáculos tan rápido como para dejar atrás a todas las gacelas africanas, batir el récord de los campeonatos y conseguir lo que su compatriota Evan Jager se había propuesto en la definición masculina: acabar con el reinado africano de la prueba.
Pero lo hizo. Y de manera muy inteligente. En una carrera muy rápida y bastante accidentada -en el inicio la keniana Chepkoech pasó de largo un obstáculo y tuvo que dar marcha atrás para superarlo y continuar en carrera-, Coburn esperó a los últimos 300 metros para lanzar su ataque definitivo, cruzar la meta en 9:02,58 minutos, y proclamarse nueva campeona y plusmarquista de la justa planetaria.
Hay que remontarse a 1952, a los Juegos Olímpicos de Helsinki, con Horace Ashenfelter, para encontrar a la última estadounidense que había conquistado un oro en 3.000 obstáculos de un gra campeonato.
«Desde el inicio, esperaba que me retaran, y que mis rivales acabaran rápido, así que seguí tirando para asegurarme este oro que tanto quería», relató la emocionada Coburn, que vio cómo su compatriota Courtney Frerichs batía su mejor marca persona y, con 9:03,77, conquistaba la plata, también por delante de las africanas.
«¡Oh, Dios, menuda carrera hemos corrido! Me acuerdo de cuando en 2015 y en 2016 me precipité en el último ataque. Pero sólo tenía que seguir creyendo en mí misma y ser paciente, y parece que valió la pena», añadió la nueva campeona mundial de 26 años.
Si, en la carrera, Schippers dejó atrás a la marfileña Marie-Josee Ta Lou, plata por apenas tres centésimas, y a la bahameña Shaunae Miller-Uibu, bronce con 22,15 segundos, Coburn superó a dos grandes reinas de su especialidad.
La hasta hoy campeona mundial, la keniana Hybin Jepkemoi, tuvo que conformarse con el bronce en 9:04,03.
Y la vigente campeona olímpica y plusmarquista mundial de la distancia, la qatarí Ruth Jebet, concluyó quinta, después de haber liderado la final durante varias vueltas.
«Nunca habría imaginado que esto pudiera pasar. Quizá quinta o sexta, ¿pero plata? ¡Guau! Estoy en shock. Esto es un auténtico sueño», confesó la estupefacta Frerichs, tras la gesta de su compañera.
«Estoy tan feliz de haber ganado junto a Emma. Ella hizo una carrera increíble para conseguir el récord de los campeonatos. Voy a disfrutar este momento con ella», agregó la nueva subcampeona mundial.
La velocidad de la prueba sirvió también para que la argentina Belén Casetta aprovechara su fuerza y el viento de las rivales para batir por segunda vez en 48 horas el récord de su país y el sudamericano, ahora en 9:25,99.
Casetta, la atleta más exitosa de la delegación albiceleste en estos campeonatos, le metió un inusitado bocado de diez segundos a la plusmarca que ella misma había establecido el miércoles, en su clasificación para la final.
«¡No me lo puedo creer! ¡Estoy más feliz que todo!», exclamó la obstaculista argentina, undécima clasificada, en la zona de entrevistas del Estadio Olímpico de Londres.
Casi tan feliz como Casetta, se mostró tan feliz el español Adel Mechaal tras lograr su pase directo a la final de los 1.500 metros.
«Ya estoy en la final, que era el objetivo y que no era fácil. Una vez allí, sueño con cualquier cosa porque llego muy bien», afirmó un sonriente Mechaal, tras conquistar su plaza.
Mechaal consiguió su billete para la definición que se disputará el domingo, en el último día de competición, al concluir quinto de su semifinal, la primera, con un crono de 3:40,60, y controlando sin problemas en los metros finales de la prueba, que encabezó tras la primera vuelta.
En la otra de las finales del día, la estadounidense Brittney Reese se proclamó de nuevo campeona del mundo en salto largo al proyectarse hasta los 7,02 metros para sumar una nueva corona a las que ya había logrado en 2009, 2011 y 2013.
Darya Klishina, la única rusa autorizada en competir en los Juegos Olímpicos de Río 2016 y que en estos Mundiales participa junto a 18 de sus compatriotas bajo bandera neutral, se quedó con la plata, mientras que el bronce fue para la campeona olímpica y defensora del título, la estadounidense Tianna Bartoletta.
En el lanzamiento de martillo, los polacos Pawel Fajdek y Wojciech Nowicki hicieron también doblete al conquistar el oro (79,81 metros) y el bronce con un lanzamiento de 79,81 y 78,03 metros, respectivamente. La plata fue para el ruso Valeriy Pronkin (78,16) que, como Klishina, compitió bajo bandera neutral.
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