Calidad por cantidad. Estadísticas algo menos deslumbrantes, pero más decisivas. A sus 32 años, Cristiano Ronaldo apostó por un «cambio radical» en su preparación, según su propia definición, y los frutos están a la vista.
La Liga española de fútbol conquistada hoy por el Real Madrid tuvo a un Cristiano Ronaldo menos participativo que en temporadas anteriores. Menos minutos y también menos goles, siguiendo un plan cuasi científico consensuado con Zinedine Zidane.
Las rotaciones impulsadas por el entrenador francés, que se valió de un equipo «B» tan bueno como el «A», y la dosificación planificada de energías permitieron al luso llegar en su esplendor al tramo final de la temporada, el más importante. En los últimos años llegó casi asfixiado a los últimos partidos.
Apenas 29 de los 38 encuentros de Liga jugó Cristiano esta temporada y, con su gol de hoy ante el Málaga, llegó a 25 para ubicarse por detrás de Lionel Messi y Luis Suárez en la tabla de artilleros. Con los dos que anotó hoy en el 4-2 ante el Éibar, el astro argentino del Barcelona consiguió 37 tantos en 34 partidos y su compañero uruguayo, autor de un gol hoy, hizo 29 en 35. Cristiano, además, acumuló unos 500 minutos menos en el campo que Messi y Suárez en el total.
No pudo anotarle al Barcelona en el clásico. Pero el título, lo que cuenta al final, quedó para Cristiano, que celebró su segunda Liga con el Real Madrid y la primera desde 2012 para romper la hegemonía azulgrana. A ello podría añadirle el 3 de junio en Cardiff la Liga de Campeones para un «doblete» que el Real Madrid no consigue desde hace seis décadas.
El portugués, que terminó la temporada pasada retirándose de la final de la Eurocopa entre lágrimas por una lesión de rodilla, llegó esta vez al sprint final con la máquinaria plenamente aceitada. Con un físico algo más estilizado y menos musculoso, jugando más de delantero centro que por todo el frente de ataque, y combinando más con sus compañeros, Cristiano consiguió una sorprendente evolución en lo táctico y lo futbolístico. Pero la base de todo es su físico.
«He tomado una decisión diferente junto a mi entrenador. He hecho un cambio radical en mi carrera«, anunció en abril en Múnich tras marcar dos goles al Bayern que encaminaron la clasificación a semifinales de la Champions.
En nueve partidos disputados en los últimos 40 días, el portugués marcó 14 goles. En la Liga de Campeones anotó un «doblete» y un «triplete» al Bayern en cuartos y un «hat-trick» al Atlético de Madrid en la ida de semifinales. Y en la Liga hizo dos al Sevilla y al Celta y uno al Valencia. Hoy abrió el camino en La Rosaleda. Todos goles decisivos.
«En los últimos cuatro o cinco años he llegado al final de temporada siempre al límite, con pequeñas lesiones, más cansado. Ahora me preparé para estar bien estos dos últimos meses», explicó el portugués en abril profetizando lo que vendría.
Parte del éxito corresponde sin dudas también a Zidane, que supo como nadie manejar los egos del vestuario y contener al insaciable Cristiano para que rinda cuando más lo necesitaba el equipo. «Yo hablo mucho con él y él sabe que todos los años ha tenido 50, 60, o 70 partidos, y llega un momento en el que tiene que descansar», señaló el francés recientemente.
Cristiano cumplió el plan casi sin chistar y, tras romper la sequía de títulos en la Liga, está listo para seguir escribiendo historia.