Técnicamente, el fútbol es un deporte practicado por dos equipos con 11 individuos cada uno, en un terreno de juego delimitado por unas líneas, las cuales marcan el espacio disponible para el desarrollo del mismo, cuyo fin último es anotar un gol en la portería del conjunto contrario.
Pero todas estas características no muestran el verdadero deporte, ya que en él se integran muchos de los valores de la sociedad, últimamente muy perdidos, como la solidaridad, el bien colectivo, la amistad, la ayuda, y un sinfín de acciones que hacen que sea una de las mejores actividades para realizar.
A pesar de ello, otros tantos olvidan que el balompié se creó para disfrutar y hacer vínculos entre los distintos participantes del mismo, ya que estos creen que el fútbol fue hecho para demostrar que su equipo siempre es el correcto y que cualquier ideología contraria no es válida, entrando en el caso de los llamados ‘ultras’.
Esta serie de personas, si llegan a ser consideradas como tales ante los comportamientos impropios de un ser humano, no hacen mas que degradar el deporte a un nivel de perpetua enemistad entre la gente que sí lo considera como un verdadero juego, por lo que nunca se saldría de un círculo vicioso.
Por ello, es preciso deshacerse de los sentimientos de odio entre todos los amantes del fútbol, dejando también a un lado los colores, si se tienen, y así disfrutar plenamente de las maravillosas jugadas que se pueden observar en cualquier campo del globo.
No importa que tu equipo sea el perdedor, vencedor o que el partido acabe en tablas, el fin de todo es poder sentir un ambiente de armonía y felicidad, a la vez que se disputa un partido de fútbol, aunque sea la más alta rivalidad entre ambos conjuntos, ya que toda eso debería quedar en el propio terreno de juego al finalizar los 90 minutos reglamentarios.
Con todo ello, las personas podrían concienciarse en amar el fútbol, y no desprestigiarlo, ya que es una de las maravillas que ha fabricado el ser humano en toda la historia, provocando sentimientos de alegría o tristeza por partes iguales, pero todas ellas en torno a un balón.
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