La temporada siguiente a ganar la Champions siempre es rara en el Madrid. Como si La Cibeles se agobiara con tanto beso y hubiera que espaciar las citas. No te agobies, diosa, que venimos andando. Se me ocurre esa explicación para justificar que los jugadores no buscaran el segundo gol frente al Atleti y acabaran permitiendo un pasillo por el que se coló Griezmann.
Esa falta de concentración que futbolistas y entrenador calificaron igual no fue un hecho aislado, sino que se ha repetido a lo largo de toda la temporada en diferentes partidos. Zidane lo achacó en alguna ocasión a «falta de actitud», pero Ramos le corrigió y desde entonces cuando al Madrid le meten gol es por «falta de concentración».
Cristiano Ronaldo se lamenta tras una ocasión fallada en el derby | Gonzalo Arroyo Moreno/Getty Images
No es lo mismo no querer que despistarse un segundo mirando la hora. Si no hubiera reloj en el campo, algunos podrían desprenderse de ese defecto de hacer cálculos con un resultado ajustado y un minuto cercano al 90. Correr hasta que pite el árbitro sin saber cuándo será el final del partido, como en la vida.
A pesar de esa falta de voracidad que se le exigiría a cualquier equipo que se estuviera jugando la Liga, el Madrid salió beneficiado en la jornada porque el Barça se está empeñando en que La Cibeles no cene sola en mayo. El día 23 de abril, a las 22.30, termina el primer plazo para confirmar asistencia.