Superada la desconfianza inicial, el técnico argentino Jorge Sampoli obtuvo un crédito importante a su gestión del Sevilla y ahora la cuestión es ver hasta dónde puede llegar un equipo con importantes desafíos para los dos primeros meses del año.
El conjunto sevillista se marchó de vacaciones con la satisfacción de quien dejó sus deberes hechos tras el recital goleador al vencer 9-1 al modesto Formentera para clasificarse a los octavos de final de la Copa del Rey. Antes, dejó solucionado su pase a los octavos de final de la Liga de Campeones y se afianzó en la tercera posición de La Liga.
Fueron cuatro meses y medio muy duros para Sampaoli. Afrontaba su primera experiencia en el fútbol europeo y muchos escépticos dudaban de la implantación de su peculiar filosofía de juego en el viejo continente. Además, luchaba contra el recuerdo de su antecesor, Unai Emery, constructor de un Sevilla inolvidable que conquistó tres Europa League.
Lo cierto es que al comienzo sus resultados estuvieron por encima de la propuesta estilística, algo que a Sampaoli le importa casi tanto como los puntos. Pero durante el último tramo de la temporada también fue afianzando su juego y ahora mismo es uno de los equipos más complejos del torneo. Con 32 goles, posee la tercera mejor marca anotadora de La Liga, sólo superada por las de Real Madrid y Barcelona.
Lo ocurrido contra el Formentera habla de lo que es Sampaoli en el vestuario del Sevilla. El equipo afrontaba un trámite en Copa ante un equipo de la cuarta categoría, pero aplicó una enorme intensidad a pesar de jugar con suplentes para obtener nueve goles. Nadie quiere borrarse del proyecto. «Me voy muy feliz por haber concluido este 2016 de esta forma, estamos peleando todos los torneos y hemos encontrado un grupo muy adherido a nuestra idea. Cerramos un año con un partido de altos vuelos», manifestó Sampaoli al finalizar el encuentro.
Enero y febrero definirán enormemente para qué está el equipo de Sampaoli. En el primer mes del año, se medirá a Real Sociedad y Real Madrid, dos de los mejores equipos de lo que llevamos de temporada, y también afrontará dos eliminatorias de Copa del Rey en busca de un puesto en semifinales. Luego, en febrero, llegará la Liga de Campeones y el desafío de jugar ante el Leicester, campeón de la Premier y que, sin embargo, fue un rival bien recibido por el plantel. Había rivales más peligrosos.
Sampaoli conoce la altura del desafío y por eso pidió a su club «un esfuerzo» para incorporar «tres fichajes», según reconoció el propio presidente del Sevilla, José Castro. «Reforzaremos las posiciones que estimemos necesarias. Entre otras cosas, porque estamos en una temporada ilusionante, en la que no podemos perder la posibilidad de hacer algo importante. El Sevilla está aquí con ganas de triunfar y conseguir muchas cosas», afirmó el mandatario del club andaluz.
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Sampaoli tampoco se esconde y antes de marcharse de vacaciones mandó el mensaje más ambicioso posible: «Vamos a luchar por todo. No sé si se logrará, pero sí que se va a intentar. No nos ponemos techo, es un tema de convencimiento. Vamos en cada partido con emoción por la camiseta, como se nos traslada desde fuera». Sólo el tiempo dirá en qué condiciones está el Sevilla de afrontar los retos que reclama su entrenador. En los dos primeros meses del año aparecerán las primeras respuestas, pero de momento Sampaoli ganó un amplio crédito en 2016.
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