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Bueno para el Barça, mejor para Argentina

Nada tiene que temer la selección argentina sobre Lionel Messi: podrá contar con la mejor versión de su estrella, a juzgar por el espectacular despliegue ofrecido por el delantero del Barcelona ante el Sevilla que hoy generó la completa admiración del mundo del fútbol.

Tras perderse la anterior convocatoria por lesión, Messi se reincorporará a su selección en plenitud justo en un momento en el que la «albiceleste» más necesita una versión próxima a lo genial de su estrella.

Por lo pronto, el argentino enterró cualquier duda: no sólo está en perfectas condiciones físicas, sino con la máxima ambición. Y, por supuesto, mantiene intacto su «toque».

De su hambre de victorias dejó constancia el martes en el partido ante el Manchester City. Su equipo perdió 3-1 y Messi protagonizó un inusual enfrentamiento al concluir el duelo al encararse con algunos rivales por cómo éstos celebraron el triunfo, según relataron varios medios. «¿Ganaron la Champions?», les objetó con muy mal humor.

El argentino marcó el gol de su equipo en Manchester, pero nada comparado con lo que ocurrió el domingo. Su equipo perdía 1-0 ante un Sevilla casi arrollador y en esos momentos se situaba a cinco puntos del Real Madrid, líder de la Liga española. Pero apareció Messi al rescate.

El argentino se revolvió contra la probable derrota y fue un ciclón. No sólo marcó el gol del empate y dio la asistencia decisiva a Luis Suárez en la consecución del tanto de la victoria por 2-1, sino que ofreció un recital de personalidad y liderazgo que provocó la admiración generalizada.

Redención, Messi | Getty

Redención, Messi | Getty

«San Messi», tituló el diario «Sport», que se preguntó: «¿Qué será de nosotros cuando no esté Messi?».

El «As» comparó a Messi con una histórica leyenda del fútbol al asegurar que el argentino «distefaneó» en el Sánchez Pizjuán durante toda la segunda parte, «en la que bajó, quitó, armó, subió, regateó, remató».

Ahora regresa Messi a un entorno que no siempre le fue grato, a someterse al escrutinio de la lupa que porta ese sector de la crítica que lo acusa de no rendir en su selección al mismo nivel que exhibe en el Barcelona.

Brasil y Argentina disputarán el jueves en Belo Horizonte el gran clásico del fútbol sudamericano. La «canarinha» es líder con 21 puntos, cinco más que la albiceleste, que se metió en un enorme problema al caer 1-0 ante Paraguay en casa en el último partido. Antes igualó 2-2 ante Perú, otro resultado decepcionante.

Para colmo, la sanción de la FIFA a Bolivia, que dio tres puntos adicionales a Chile, hizo caer a Argentina al sexto puesto de la tabla, fuera de la zona de clasificación al Mundial y también de la repesca.

En ninguno de los dos últimos encuentros estuvo Messi, ausente entonces por unos problemas musculares que ya le hicieron perderse la mitad de la anterior convocatoria. «Sin Messi todo es más difícil», se quejó su compañero Ángel Di María.

Ahora regresa la gran estrella de la «albiceleste», y en un momento crítico para su selección. También para él, pues muchos ojos estarán puestos en su rendimiento.

Messi, que viajará directamente de Barcelona a Belo Horizonte sin pasar primero por Buenos Aires, es esperado como algo parecido a un redentor. Al menos, sí se sabe que el astro está en plenitud, como bien demostró en la última jornada de la Liga española.

«Frenar a Messi a veces depende más de él que del rival. Si se le ve entusiasmado como hoy, se convierte en incontrolable», resumió su compatriota Jorge Sampaoli, entrenador del Sevilla.

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