El español Álvaro Morata no ha dado por perdida su pelea por la titularidad en el Real Madrid, donde con sus destacadas actuaciones ha puesto a prueba la fe de Zinedine Zidane en uno de sus «protegidos», Karim Benzema, quien atraviesa un evidente bajo momento de forma.
Transcurría muy anodino el partido entre Real Madrid y Legia de Varsovia en la Champions League cuando Zidane puso en el campo a Morata a 25 minutos del final junto a su compañero Lucas Vázquez. Y entre ambos consiguieron despertar del aburrimiento al Santiago Bernabéu, que finalmente celebró la goleada 5-1.
Morata participó en los dos últimos tantos de su equipo al firmar un gol y una asistencia. Y de paso dejó en evidencia a Benzema, muy desafortunado durante toda la noche. Morata continúa llamando a la puerta de una titularidad que Zidane le negó por cuarta ocasión consecutiva. Es pública la admiración que el entrenador francés tiene por su compatriota Benzema y por el tridente ofensivo que conforma junto a Cristiano Ronaldo y Gareth Bale.
De hecho, Zidane encontró en la rueda de prensa anterior al partido, la forma de justificar la titularidad del galo incluso en los momentos bajos: «Benzema necesita continuidad para jugar mejor incluso y lo más importante es que no se resienta de los dolores. Es necesario que siga encadenando partidos». Otra de las frases que dejó Zidane durante el último mes es que «Morata es el ideal para suplir a Benzema».
Sin embargo, la opinión del entrenador del Real Madrid comienza a chocar con la de los aficionados en el estadio Santiago Bernabéu, que contra el Legia censuraron la aparente apatía de Benzema y premiaron el esfuerzo e interés de Morata, además de su acierto.
El delantero español tiene además muchas de las características que gustan a la afición del Real Madrid: procede de las divisiones inferiores del club, no se conforma con ser suplente y no ahorra esfuerzos físicos sobre el campo. Muchas veces, el Bernabéu aplaude casi más una tenaz recuperación de balón que un gol.
Ahora la cuestión es ver hasta dónde llega la fe del entrenador en Benzema, un futbolista cuyo fichaje en 2009 recomendó vivamente Zidane, entonces una especie de consejero áulico del presidente blanco, Florentino Pérez. Su fidelidad parece inquebrantable, ya que también salió en su defensa frente a las críticas al jugador del presidente de Francia, François Hollande.
Por lo pronto, parece evidente que Morata -con el apoyo tácito del Santiago Bernabéu- puso en un aprieto a Zinedine Zidane, quien en los próximos partidos deberá resolver hasta qué punto sigue fiel a Benzema.