El último partido en Goodison Park no necesitó discursos de elogio. Bastó con mirar a los lados: una grada entera cantando como siempre, aunque sabiendo que esta vez era la última. Nada nuevo, y sin embargo, todo distinto. El Everton ganó 2-0 al Southampton, pero el resultado era lo de menos. Lo importante era despedirse sin aspavientos. A la manera de Goodison. Porque después de 133 años, el Everton jugó su último partido masculino en casa. Su casa de siempre.
No fue una despedida estridente, pero sí profunda. Desde la entrada azul de Gwladys Street hasta las butacas desgastadas de Bullens Road, todo hablaba de un lugar que no se rendía al olvido. Allí se vivieron noches europeas imposibles de repetir, como aquella semifinal ante el Bayern en el 85. También se celebraron goles inolvidables, como los de Dixie Dean, o el de Watson al Liverpool en la FA Cup del 91. Además de propiciar la unión de la ciudad tras Hillsborough. Pero más allá de los grandes momentos, Goodison fue especial por lo cotidiano. Por los padres que llevaron a sus hijos. También por las derrotas en días lluviosos. En honor a esos cánticos desafinados y los abrazos que no pedían explicación.
Durante más de un siglo, este estadio ha sido un lugar donde la rutina tenía sentido. Donde uno sabía dónde se sentaba, con quién compartía la tarde y qué esperaba del equipo. A veces, no mucho. A veces, más de lo que tocaba. Pero siempre con una lealtad que no necesita explicación.
El estadio no se derrumbará. El equipo femenino tomará el relevo y, con suerte, nuevas generaciones harán suyo ese lugar con alma. El Everton se muda al moderno Hill Dicksinson Stadium, con vistas al mar y ambiciones renovadas. Pero no hay diseño que pueda igualar lo que se construyó con tiempo y comunidad.
Goodison se queda donde siempre estuvo: en el corazón de sus aficionados, en el barrio que lo arropó. No se va. Se queda en la memoria de quienes lo vivieron, en los cánticos que aún resuenan en las calles de Walton y en cada historia que ahora tendrá que empezar con un “¿te acuerdas de…?”.
