Habrá futbolistas mejores, pero pocos que sientan los colores como él. Javier Mascherano es carácter, es garra, es dejarse la piel sobre el terreno de juego. Futbolistas así lucen poco, pero son cotizados. Todos los equipos buscan y necesitan referentes.
Puede estar mejor o peor, pero siempre lo da todo y eso no tiene precio. Cuando las cosas no van bien, tener jugadores como Mascherano, capaces de contagiar tanto a la afición como a sus compañeros, es fundamental. Contra el Valencia en Liga, por ejemplo, dio un autentico recital: tras caer eliminados en la Liga de Campeones y con un 0-2 en el marcador, lo que suponía la tercera derrota consecutiva en la competición doméstica, el ex del Liverpool sacó su carácter e hizo que la afición se volcará con el equipo: a nivel individual, recuperó 13 balones y ganó 16 de 18 duelos. La remontada no tuvo lugar, pero la mejoría fue notable.
Mascherano pertenece al denostado (pero imprescindible) grupo de los ‘barrenderos’, definición que se le otorga a aquellos futbolistas especializados en el corte, la contención y la destrucción del ataque rival. Se trata de un futbolista físico, resistente, comprometido, concentrado y con carácter. Se le trajo para apretar a Busquets y ha terminado siendo la solución, en muchos partidos, en defensa. Sin ir más lejos, en los últimos encuentros ha salvado en más de una ocasión al Barça de encajar más goles. Sus dos principales defectos son, en cambio, que ofensivamente apenas aporta nada y que, dada su altura, es un jugador frágil en los duelos aéreos.
Es por ello y por su forma de ser que el Barça se equivocaría si se planteara su salida este próximo verano para ganar dinero. Esta temporada se ha notado y de qué manera la falta de Xavi Hernández y de Carles Puyol. Una figura que cohesionase al vestuario en los momentos críticos. Mascherano puede ejercer ese rol y, de hecho, ya lo hace. Si acepta un rol secundario, el argentino puede ser un jugador determinante a nivel interno de cara al futuro.
Tras la derrota en Anoeta, Mascherano publicó un tuit en el que afirmaba estar “más fuerte que nunca”. Y así lo ha demostrado partido a partido. Si sus compañeros sacan el mismo carácter, la Liga difícilmente se le escapará al Barça.