Siempre me han gustado las previas de los grandes choques. Esos programas, como el tiempo me ha demostrado, son como un disparo desde el centro del campo con el portero debajo del larguero. Da igual. Adivinar el resultado se asemeja a esa eterna búsqueda de Denzel Washington, en Man on Fire, para rescatar a Lupita: un imposible. Una roja, un error o un toque de genio en el primer minuto destroza todos los análisis, pero ahí seguimos en la víspera; imaginándonos historias y pintando esquemas y roles de los futbolistas. Jueguen.
Puede que uno de los prolegómenos de un clásico que más me marcaron fue la de aquella rueda de prensa de Bernd Schuster. El alemán, un tipo extremadamente mordaz, explicó que ganar al Barcelona de Pep Guardiola era “imposible”. Un día más tarde tenía el finiquito en la mesa de su despacho. Otros tiempos. Hoy es viernes de clásico y el cuerpo lo sabe. Los nervios se apiñan. Y lo cierto es que es uno de los contextos más extraños de la historia reciente de ambos equipos. En la última década, madrileños y catalanes han estado en el primer escalafón de la aristocracia europea. Quizás hoy no ocurre eso.
De hecho, incluso un Atlético de Madrid fallón en las últimas jornadas sigue líder de la competición. Más allá de que ambas entidades siguen contando con grandísimos futbolistas en sus filas lo normal es que no suframos el síndrome de Stendhal cuando acabe el choque. Los culés, en gran forma, siguen soñando con un título liguero que parecía lejanísimo antes del parón navideño. Debutarán, por cierto, en Valdebebas: si nos lo llegan a decir hace un año no nos lo creemos. Aunque, bueno, también si me llegan a asegurar hace tan solo unas semanas que estaríamos en Tiktok hubiera salido corriendo. Pues ya tenemos perfil. Esto se llama branded content.
Los blancos, por su parte, deberán seguir enfrentándose al mito de Sísifo. La única diferencia es que en vez de caer desde la colina cada vez que pierden a un futbolista sacan un comunicado oficial. Aun así, el Real Madrid está respondiendo en las grandes noches con maestría. Da igual que sea ante el Liverpool, el Atlético de Madrid o el Borussia Mönchengladbach para pasar de grupos. ¿Mantendrán su buen nivel el sábado? Ni idea. Para eso están las previas.
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