Lo sabes: pides a tu compañero que no cometa una falta cerca del área. No solo se lo dices tú, también lo reclama la gente de la grada, los del banquillo, el portero e incluso medio Twitter haciendo un trending topic. #Nohagasfalta. Sin embargo, es inevitable: va a ser falta. Hay cosas que, por mucho que intentes cambiarlas, seguirán ocurriendo. Lo del Watford con los entrenadores se asemeja a lo de los trimestrales para los autónomos, a la muerte para cualquier ser humano. Sabes que en nada llegará la siguiente víctima que le tocará pagar el pato. Qué fácil llegan los técnicos y qué fácil se van. Le ha ocurrido esta vez a Xisco Muñoz.
Su fichaje fue tremendamente extraño. La experiencia del balear como entrenador se resumía rápidamente: había entrenado un par de años en Georgia y ya. No parecía el mejor preparado para aguantar la presión de un equipo que necesitaba volver a la élite. Terminó siendo un exitazo ya que ganó el título. Pese a ello, era el favorito para ser el primer despido en la Premier League. No se equivocaron.
La entidad de Vicarage Road es así. Estamos acostumbrados a la ciclotimia que les caracteriza, esperando que ellos mismos acaben reventando sus propios proyectos. Hemos llegado a ver plantillas con un sinfín de nacionalidades y cometiendo inversiones que no aceptaría ni el gestor de Tony Soprano con el miedo a acabar siendo guarnición de su plato favorito: el famoso gabagool. No importa, el diría que no antes de ser encañonado. El equipo, es cierto, no era el más vistoso de la competición. Sin embargo, estaba cumpliendo el objetivo que en principio estaba marcado. La sensación era que el cuadro de Xisco no se había dejado ir en ningún encuentro y que merecía un pelín más de tiempo.
Su recambio es un tipo que se presenta solo: Claudio Ranieri. El italiano, que es de esos managers que están acostumbrados a comer cosas que harían vomitar a una cabra, deberá lidiar con la complicada gestión de sus superiores mientras salva al equipo de la quema. Todos sabemos que no propondrá un fútbol preciosista, que no se va a complicar la vida pero que quizás aumente un punto más la competitividad de la plantilla. Aunque, viendo los últimos movimientos del Watford, no puede fiarse nada. Ya puede estar cumpliendo con las expectativas. Da igual. Siempre tienes que estar atento a lo que puede ocurrir. Con esta entidad nunca se sabe.
Imagen de cabecera: @WatfordFC