Ayer un histórico del balompié ingles, el Derby County, certificó su descenso a la League One. El reto era mayúsculo para el cuadro de Wayne Rooney: debían enfrentarse a una deducción de 21 puntos por los problemas ecónomicos provocados por Mel Morris, el antiguo propietario. Wayne Rooney, en su primera experiencia como técnico, fue duro con el antiguo dirigente: «Ojalá que no pueda dormir esta noche. Necesita pensar lo que ha hecho: cómo ha dejado la entidad es un completo desastre. Sé que Mel Morris es un gran aficionado del Derby, así que estoy seguro de que se quedó en casa esta noche decepcionado», dijo para la BBC.
Los rams, que han tenido que tirar de cantera todo el año, han batallado enormemente para poder mantenerse en el Championship. Los de Rooney, de hecho, estarían más cerca del playoff que de la quema de no ser por las sanciones que impuso la EFL. «Hemos ganado suficientes puntos para permanecer en esta división la próxima temporada y hemos desarrollado algunos jugadores locales realmente buenos y jóvenes. En ese sentido, el futuro del club parece brillante. Pero tenemos que superar lo que pasó. Es un día triste», aseguró la leyenda del balompié inglés.
El ex del Manchester United ya ha tenido ofertas importantes para dirigir en Premier. De hecho, se comentó la posibilidad de firmar por el Everton hace unos meses. Sin embargo, negó todos esos rumores y aseguró que en un futuro quiere dirigir a los red devils. Tiene muy buena pinta.
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