Volver a casa nunca es fácil. Te veías capaz de afrontar el desafío que la vida te planteaba y por ello decidiste terminar un ciclo, buscando nuevas experiencias fuera del calor del hogar, sin importar los corazones que destrozaras por el camino. Sin embargo, tras unos años fuera en los que fuiste incapaz de cumplir las expectativas generadas, decides volver al lugar en el que más feliz fuiste, en el que más seguro te sentías bajo el manto de los tuyos, aquel hogar del que nunca debiste salir.
El hijo pródigo vuelve a casa
Mario Gotze vuelve a Dortmund, y lo hace en un contexto muy diferente a aquel en el que se fue allá por 2013. Jugaba en un BVB subcampeón de Europa, que había ganado dos títulos de liga y una Pokal en los años anteriores. Tenía 21 años y era la gran promesa nacional (debutó con la mannschaft a los 18 años), el niño querido de una afición que le veía como uno de ellos. Gotze, canterano del club desde los 9 años, era el rostro más reconocible de un equipo que, con su juventud y futbol ofensivo, enamoró a Europa.
La carrera de Mario cambió drásticamente cuando el Bayern, el coloso alemán, el tiburón que todo lo devora, llamó a su puerta. El hecho de jugar en una superpotencia del futbol unido al estímulo de ser entrenado por un Pep Guardiola que pidió expresamente su fichaje, hicieron que el joven canterano del BVB hiciera las maletas rumbo a Munich. La afición no se lo perdonó. No fue por el hecho de irse a un equipo más potente (el Borussia Dortmund no puede competir en términos económicos con los Bayern, Manchester United o Real Madrid de turno), tal y como se pudo ver en las salidas de Sahin o Kagawa, sino por (siendo canterano del club) irse a su más acérrimo rival, a aquel que les derrotó en Wembley. El Bayern es un gigante que domina la Bundesliga con puño de hierro; siempre que un rival se le sube a las barbas, le derroca a golpe de talonario (Ballack del Leverkusen, Mario Gomez del Stuttgart, Neuer del Schalke y Gotze, Lewandowski y Hummels del Borussia Dortmund), de ahí el odio que genera en sus rivales locales.
¿Cómo encajará en el equipo?
No parece fácil encajar a Gotze en el esquema usado por Tuchel la pasada campaña. Tuchel alineaba un 4-3-3, es decir, renunciaba a la media punta, a priori la posición ideal del 10 amarillo. ¿Hará de Gundogan? ¿Suplirá a Mkhitaryan? ¿Cambiará Tuchel su esquema otorgándole la media punta a su flamante fichaje?
Pese a las lógicas dudas que genera su actual nivel, es indudable que la vuelta de Gotze es un salto de calidad para el conjunto borusser. Las salidas de Hummels, Gundogan y Mkhitaryan, tres pilares fundamentales, han debilitado mucho a uno de los equipos más estimulantes de la pasada temporada. La directiva amarilla reaccionó fichando a jóvenes talentos como Dembelé, Mor, Bartra, Merino o Guerreiro, pero hacía falta una contratación rutilante que ilusionase a la afición.
El hijo pródigo vuelve a casa, pero tendrá que pelear duro por reconquistar el corazón de una afición que se siente traicionada. El corazón de la grada amarilla pertenece ahora a Reus, hijo de la ciudad que decidió quedarse cuando otros decidieron marchar. Su sociedad con Marco, aquella que tantas alegrías dio en el pasado, puede volver a dar muchas alegrías a una afición necesitada de ellas.
“Estos tres últimos años no los veo de la misma forma. No volvería a hacerlo. Vuelvo a casa, quiero convencer a los fans” Mario Gotze
¿Encajará en el equipo? ¿Volverá a ser el que era? ¿Conseguirá el perdón de una de las aficionas más fieles de Europa? Todo depende de ti Mario.