Los mejores años futbolísticos de Didier Drogba parecen haber pasado. A sus 36 años dejaba atrás una más que discreta etapa en el fútbol turco para volver a la que fue su casa, para volver a formar parte del club que le hizo explotar a nivel mediático.
Drogba fue uno de los estandartes del Olympique de Marsella de principios de la década de los 2000, llegando incluso a la Final de la extinguida Copa de la UEFA (ahora Europa League) contra el Valencia. Una temporada que hizo sonar la alerta del dinero fresco que ya circulaba por Stamford Bridge con la llegada de Abramovich, firmando e iniciando así su principal etapa a nivel profesional.
Una leyenda del Chelsea que aceptó el reto de Mourinho, para volver a Londres, para volver a ser entrenado por el técnico luso, y por el momento sigue demostrando que su gran trayectoria como futbolista no fue fruto del azar. A su edad, llegaba aceptando su papel secundario. Con otros jugadores nuevos de ataque como Diego Costa o Remy, el protagonismo del costamarfileño quedaba claro que, a priori, no sería el de delantero titular.
Sin embargo, las lesiones de los otros dos delanteros, está haciendo que Drogba esté jugando, esté teniendo minutos, más de los esperados, y poco a poco empieza a demostrar que las bajas ofensivas son menores con su presencia. Y es que en la última semana su rendimiento a nivel goleador se ha convertido en relevante para el Chelsea.
Frente al Maribor en Champions League sería suplente, pero una lesión de Remy (quien ya había adelantado a los Blues) hizo que Mourinho echara mano del africano. Ahí comenzó una semana goleadora, que continuó en Old Trafford días después para adelantar al Chelsea en la gran cita del fin de semana, y que cerraría el círculo en Capital One frente al humilde Shrewsbury Town. Tres goles en los últimos tres partidos que han devuelto a Didier Drogba al primer plano mediático y deportivo.
Un papel protagonista que no estaba previsto en verano tras su llegada. Se especuló con la posibilidad de que formara parte del staff técnico de Mourinho, pero finalmente su papel tan sólo quedó en el apartado deportivo, en el que ya comienza a mostrar esa versión definitiva y determinante que en la última década maravilló en el fútbol europeo.
Su físico, evidentemente, no es el mismo que el que tenía antes de su marcha al Galatasaray, pero la calidad innata siempre hace acto de presencia. En los últimos tres partidos el Chelsea ha marcado un total de nueve goles (6-0, 1-1 y 1-2) de los cuáles tres han sido del atacante africano. Quizás sus cifras sean menores que otros, como Diego Costa, pero de los últimos nueve goles un tercio han sido suyos, y teniendo en cuenta sus 36 años adquiere una relevancia mayor.
¿Está viviendo una segunda juventud? Quizás sus cifras sean todavía menores, pero su última semana a nivel goleador, con goles importantes como contra el Manchester United o Shrewsbury Town, le han devuelto el protagonismo perdido, tras una intrascendente etapa por el fútbol otomano en Estambul, en las filas del Galatasaray.
Didier Drogba vuelve a ser determinante, y las lesiones del ataque Blue llaman a que siga siéndolo.
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