Que Victor Oladipo no participe en la reanudación de la NBA -por muy pocas opciones de título que tengan los Pacers- deslumbra lo que semeja un acto de individualismo. Casi un favor del destino a un jugador que necesita tiempo para volver a parecerse a lo que un día fue. Le queda una sola temporada de contrato y encontrar su mejor forma física para competir al máximo nivel no se contempla, al menos, a corto plazo. A pesar de haber jugado ya más de diez partidos en este 2020, las miras de Oladipo están puestas en ultimar su rehabilitación para garantizarse una extensión máxima en su contrato.
La lista de ausencias para el tramo final de la temporada no para de aumentar: hasta 14 jugadores de nueve equipos diferentes han confirmado que no participarán por motivos dispares. La NBA ya ha anunciado que permite decidir entre ir o no a Orlando sin que se incumpla el contrato -con la reducción salarial proporcional-, lo que abre un escenario nunca planteado para determinados jugadores: ¿compensa no jugar?
Para Oladipo, la respuesta es sí. El jugador de los Pacers no es el primero en borrarse, pero sí es un caso especial. Días atrás, jugadores como Wilson Chandler o Trevor Ariza ya habían dado un paso al lado para proteger su salud y la de su familia. Del mismo modo, otros como Justin Winslow o Kyrie Irving, que ya tenía complicado participar por su lesión en el hombro, anunciaron su renuncia puesto que en estos momentos su prioridad es luchar contra el racismo y la injusticia social. Sin embargo, Victor Oladipo es el jugador que más francamente ha confesado que no participará por anteponer su carrera deportiva a los intereses del equipo.
No hace falta demasiada empatía para entender la posición de Victor. Quien conoce su ética de trabajo comprende holgadamente que no es un mero capricho, lo hace porque realmente no se siente recuperado de esa lesión en el tendón del cuádriceps que le dejó un año en el dique seco. Además, que a su fisioterapeuta de confianza, Luke Miller, no se le permita viajar a Orlando con él por motivos sanitarios, tampoco ayuda.
En el aire queda una cuestión que no deja bien parado al jugador: si la temporada no se hubiese suspendido en marzo, ¿habría jugado playoffs? Todo hace indicar que sí. Precisamente eso es lo que abre una brecha con parte de la afición y de la gerencia de los Pacers, esa gerencia que tiene pendiente ofrecerle una extensión de contrato. Oladipo se había ganado cada dólar de su renovación a un contrato máximo. Quizás esta ausencia, aunque llegue con justificación, cambie el rumbo de la historia.
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