Fórmula 1

El gran circo

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Como he hecho en anteriores ediciones de esta sección catalogada como ‘Parc Fermé’, decido cambiar el formato para el Gran Premio de Japón. Ocasiones especiales merecen consideraciones especiales y lo vivido en este fin de semana es merecedor de ello.

En primer lugar, enhorabuena a Max Verstappen. Claro dominador de la temporada y justo vencedor del campeonato. Se convierte en el segundo bicampeón más joven de la historia, solo por detrás de Sebastian Vettel. El nivel de excelencia mostrado por el holandés ha sido espectacular. Nadie ha podido acercarse a su rendimiento. Prueba de ello es que ha ganado 12 de los 18 Grandes Premios disputados hasta el momento. En su mano tiene superar el récord de 13 victorias en una misma temporada. Quedan 4 Grandes Premios, seguro que lo consigue.

A pesar de que un título de campeón es motivo más que suficiente para dedicarle la totalidad del artículo, este no va a ser el argumento principal. Y no lo va a ser por el bochorno que una vez más mostro la FIA durante la carrera del domingo.

Fuimos muy ilusos, al menos yo lo fui, al pensar que dirección de carrera iba a permitir una carrera en mojado. La salida se dio puntual, hecho muy extraño según el historial de la FIA bajo condiciones de mojado, pero no tuvimos ni una vuelta completa.

El coche de seguridad se vio obligado a salir tras el accidente de Carlos Sainz y aquí comenzó el circo de la Fórmula 1. Si por algo se ha caracterizado la FIA en este tiempo es por ser unos grandes preocupados por la seguridad. Todo se hace por y para la seguridad. Pero, como en la mayoría de ocasiones, mucho hablar y a la hora de la verdad vivimos auténticos esperpentos.

Muchas carreras con lluvia se retrasan debido a que la visibilidad es nula, tienen pánico escénico a permitir rodar con el neumático de mojado. Prefieren esperar interminables horas a que la predicción meteorológica cambie milagrosamente. Pues bien, todo este diseño de seguridad velando por el bien común se tira por la borda si introduces una grúa en medio de la pista con monoplazas rodando.

Bajo mi punto de vista, es inconcebible que en unas condiciones de visibilidad escasa se permita la entrada de una grúa al trazado. Y no ya solo por la visibilidad, también por el aumento de probabilidad de fallo del piloto. En anteriores ocasiones hemos visto fallos de los pilotos aún yendo a velocidad reducida. Ahí están los accidentes de Grosjean en Azerbaiyán o Russell en Spa bajo condiciones de coche de seguridad. Fallar es humano. El tema es que la probabilidad de fallo en lluvia aumenta considerablemente y, por muy cuidadoso que se sea, es posible perder el control del monoplaza y acabar contra la grúa a pesar de haberlo hecho todo bien.

Por ello, mi indignación es considerable en este punto. ¿Quieres parar la carrera porque las condiciones son muy peligrosas? Vale, te lo acepto, pero no metas una grúa en medio de la pista porque todo lo cuidadoso que eres por un lado no lo eres por el otro.

Como siempre en estos casos, la FIA buscó culpables en otros lados y decidió castigar a Pierre Gasly por exceso de velocidad bajo condiciones de coche de seguridad. Sanción ejemplar y bien aplicada bajo mi punto de vista. Que los pilotos siempre vayan al límite no es excusa para ir tan rápido en condiciones tan difíciles. Ahora a dirección de carrera les toca asumir su parte de culpa y reconocer el error. Es improbable que lo hagan y si lo hacen será con la boca pequeña.

Continuando con el bochorno nos encontramos con la imposibilidad de correr en lluvia. La Fórmula 1 tiene un problema de concepto y es el diseño de los monoplazas. No están pensados para la lluvia. La cantidad de agua que levantan es tal que hace imposible la visibilidad. Y este es un error que no se ha querido solucionar. Este año hemos vivido una de las mayores revoluciones de la historia en lo que ha diseño se refiere y el problema sigue siendo el mismo que en años anteriores. Señores de la Fórmula 1, ustedes dicen trabajar para mejorar el espectáculo y todos sabemos que uno de los mejores alicientes es una carrera en lluvia. ¡Trabajen para que podamos tener este espectáculo! Cambien el diseño de lo que haga falta.

Por otro lado, comentar las dos horas de espera que nos tuvieron delante de la televisión mientras ellos parecía que se sentaban a esperar que pasara el tiempo. Las condiciones meteorológicas fueron similares durante las casi tres horas que duró el Gran Premio. La FIA, en vez de decidir sacar los monoplazas a pista detrás del coche de seguridad para limpiar la pista de agua, pensó que era mejor que el coche médico diera alguna vuelta. Así nos tuvieron hasta que quedaba algo menos de una hora y se dijeron: o salimos ahora o no salimos y nos la van a liar.

Finalmente, decidieron dejarnos unos 50 minutos de carrera donde se disputaron unas 28 vueltas. Para sorpresa de todos, solo rodaron con neumáticos de lluvia 5 vueltas. La pista se secó tan rápido que tras 10 minutos rodando lo mejor era el neumático intermedio. Si hubieran sacado a los monoplazas antes seguramente hubiera pasado lo mismo y habríamos tenido más tiempo de competición.

Ya la guinda del pastel llegó una vez finalizada la carrera. Tras el esperpento del Gran Premio de Bélgica del pasado año, la FIA decidió cambiar la forma de puntuar. El matiz que desconocíamos o que pasamos por alto era que estos cambios eran solo si la carrera se suspendía.

Como en esta ocasión no se suspendió, simplemente se acabó el tiempo, se repartieron todos los puntos a pesar de rodarse solo 28 de las 52 vueltas previstas (54 %). Esto nos deja un escenario bastante alarmante bajo mi punto de vista. La carrera se debe dar por terminada 3 h después de la hora de arranque de la misma. Por lo tanto, imagina que en este Gran Premio en vez de salir unos 50 minutos antes del final de la hora se salen unos 10. Pues esos 10 minutos de carrera computarían como un Gran Premio completo porque la cita no se ha suspendido ya que cuando se llegó a las 3 h de duración se estaba corriendo. Esto espero que se revise.

Y la guinda del pastel llegó al final porque casi nadie sabía si Verstappen era campeón del mundo o no. La gran mayoría pensábamos que no se iban a repartir la totalidad de los puntos debido a que no se llegó al 75% de vueltas disputadas, pero sí se hizo por lo expuesto anteriormente. Fue todo tan surrealista que ni los propios pilotos sabían a ciencia cierta si Max era bicampeón o no.

Tras esta larga exposición, concluir diciendo que un día más la categoría ha hecho gala de ser “El Gran Circo”, pero para el mal sentido.

Imagen de cabecera: @Formula1

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