Un calor asfixiante sucumbía Sao Paulo, sede del partido Holanda vs Chile, por la tercera fecha del grupo B en el Mundial de Brasil 2014. El que ganaba el encuentro, clasificaba primero del grupo y se evitaba a Brasil en octavos de final. Duelo crucial.
Como de costumbre, la Selección Chilena dirigida en ese entonces, por Jorge Sampaoli, iba con vocaciones ofensivas ya que sólo necesitaba ganar para ser primero. En cambio, Holanda especuló con su condición favorable y esperó a los sudamericanos con una férrea línea defensiva de cinco centrales y tres volantes. ¿El objetivo de Van Gaal? Presionar a los volantes, a los ‘cerebros’ de la escuadra rival, que eran Marcelo Díaz y Charles Aránguiz. El holandés creía que si no dejaban jugar a los ex volantes de la Universidad de Chile, la Selección Chilena perdía toda la verticalidad para atacar y dañar el arco que defendía Jasper Cillessen.
Por su parte, Jorge Sampaoli, no negoció su forma de jugar y dispuso en el gramado a los mismos de siempre con la tarea habitual; Salida limpia desde la zaga, control y visión de Díaz y Aránguiz, y explotar las bandas con los tándem Isla – Vargas y Mena – Sánchez.
El partido fue control absoluto de ‘La Roja’. Las mismas estadísticas lo demuestran con un 64% posesión de balón y una totalidad de 479 pases completos, a diferencia de los ‘Tulipanes’ que sólo tuvieron un 36% de manejo de la pelota y completaron 197 pases. Para Louis Van Gaal, estos números no eran prioridad ni trascendentes, ya que lo más importante para él era bloquear la salida limpia de los chilenos y contragolpear aprovechando los espacios dejados por la zaga rival, que en la práctica, sólo eran Medel y Jara. Ante esta situación; De Jong y Wijnaldum hacían el ‘trabajo sucio’ de presionar a Aránguiz y Díaz, y en tanto, Robben con Lens, y más tarde Memphis Depay, hacían sufrir a la defensa chilena con los veloces contragolpes, que tras 76 minutos de juego rompieron el marcador.
La planificación del ex técnico del Manchester United, fue perfecta. Dejó de lado la posesión del balón, para hacer daño mediante la presión y el contragolpe. En cambio, Jorge Sampaoli, se quedó nublado. Sus dirigidos sólo tocaban hacía el lado sin ninguna sorpresa, y no se les vio la verticalidad que los hacía destacar. Sólo llegaron al arco holandés en 7 situaciones, en tanto, los europeos hicieron daño en 13 ocasiones, pese a que prácticamente no tuvieron el control del balón.
A la postre, el encuentro finalizó con el marcador 2-0 a favor de Holanda y Chile tuvo que enfrentar a su ‘bestia negra’ Brasil, que una vez más, los dejó eliminados en octavos de final. Pero, seguramente, para Jorge Sampaoli, la derrota ante Holanda le dolió más que perder frente al ‘Scratch’, por el hecho de haberlo perdido tácticamente y no por lanzamientos penales. Desde ese Mundial, hubo un nuevo Jorge Sampaoli, ya que el casildense aprendió de los errores y empezó a desarrollar un ‘Plan B’, en el que consistía en revertir la presión del rival y cómo hacerla favorable para él.
Ese ‘Plan B’, lo fue aceitando en los partidos amistosos y encuentros preparativos para la Copa América de Chile en el 2015, pero la final frente a Argentina fue el escenario idóneo para aplicar dicha planificación. Sabiendo que el ‘Tata’ Martino iba a presionar a Díaz y Aránguiz, Jorge Sampaoli usó una linea de 3 centrales con ¡Marcelo Díaz de stopper! Sí, así es, al volante de contención lo usó en la zaga para contrarrestar la presión de los argentinos y así tener una salida limpia. Además, usó a Jorge Valdivia como ‘falso 9’, para recibir de espaldas los balones largos y tras ello, buscar en los espacios, a los delanteros que se abrían por las bandas, que eran Alexis Sánchez, Eduardo Vargas, y en la fase final del partido, a Ángelo Henríquez. Los arietes, mediante la velocidad, dejaban atrás a los defensores argentinos, y estos por intentar recuperar el balón dejaban un sector en el área despoblado, situación que Arturo Vidal, dada su excelente condición física, aprovechaba los espacios para ubicarse como referente de área y buscar el gol.
La final se definió a través de lanzamientos penales, que para muchos es una lotería. Pero, el duelo táctico entre los dos estrategas trasandinos, tuvo un ganador en los 120 minutos de juego y fue Jorge Sampaoli, considerando el desarrollo del partido y las diferencias cualitativas de ambas selecciones.
Gerardo Martino quería emular y replicar la estrategia de Van Gaal, pero el ‘Sabio de Casilda’, aprendió la lección de Sao Paulo y fue capaz de desarrollar una estrategia para contrarrestar esa odiosa presión en la medular del medio campo. ¿Qué pasaría si Sampaoli no se hubiera enfrentado a la Holanda de Louis? ¿Chile hubiera obtenido la Copa América? El destino de la vida, hizo que Sampaoli sufriera con una derrota en el Mundial de Brasil, para luego ser campeón de América.
Estudiante de Periodismo. Chileno. Fanático del fútbol. Lo demás, es relleno.
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