Tuvo que llegar una pandemia mundial; que el deporte profesional se parase; que a Novak Djokovic se le escapara un pelotazo fortuito cuando lo tenía todo de cara en Nueva York; que Rafa Nadal se quedase en casa para preparar su Roland Garros, y que Roger Federer se volviese a operar de la rodilla para que hubiera el cambio de guardia en el mundo del tenis mundial.
Por primera vez habrá un campeón de Grand Slam nacido en los 90, y no en los 80. Son los New Kids on the Block. Una generación que ha crecido a la sombra de tres de los mejores tenistas de la historia; una generación que ya sabe lo que es disputar finales de Grand Slam (Dominic Thiem o Daniil Medvedev, sin ir más lejos), pero que jamás ha conseguido ganar uno de los grandes.
US Open, cuna de las sorpresas
Cierto es que el US Open es el torneo más abonado a las sorpresas; no en vano, siempre ha sido el último Grand Slam de la temporada, y es ahí donde hemos visto un mayor número de outsiders. De hecho, la final del US Open del 2014 entre Cilic y Nishikori podría estar en el podium de las finales más extrañas de la última década.
La pregunta es la de siempre: ¿podrá esta generación noventera acabar con el triunvirato ochentero? Quizás, en unos meses y con Djokovic, Nadal y Federer de vuelta para el Open de Australia, sabremos si los New Kids on the Block fueron un one hit wonder o han venido para quedarse y marcar el ritmo a partir de este extrañísimo US Open 2020.
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