Esta temporada del Dépor parece un relato de ficción digno de las
novelas de Lemony Snicket. Dentro del surrealismo que se vive esta temporada en
A Coruña, los partidos contra el Atlético de Madrid han servido como fiel
representación de todos los males que vive este equipo.
Lo primero de todo es el mal fario que sufren todos los jugadores.
En la primera vuelta un error de Pantilimon condenaba al Dépor, que está
viviendo la que posiblemente sea la peor temporada de un equipo bajo palos.
Meses después Pantilimon da un gran rendimiento con su nuevo equipo,
demostrando que esa portería parece estar hechizada por meigas.
Por otro lado tenemos los fallos en ataque. En el partido de
vuelta el Dépor erró varias ocasiones claras que pudieron poner contras las
cuerdas al Atlético, pero esto es nuestro pan de cada día. Es increíble que un
equipo con jugadores de tanta calidad en la parte de arriba tenga tantos
problemas para conseguir goles, de nuevo hay una parte esencial donde tiene que
ver la suerte.
También hay que destacar las actuaciones arbitrales. No creo en
las conspiraciones, solo en el bajo nivel del arbitraje español, que se
convierte en una ruleta rusa donde errores del árbitro te pueden mandar a Segunda.
El Dépor no está en descenso solo por esto, pero sí que es cierto que si
hubiera tenido más suerte en este apartado estaría con más opciones de
salvarse.
La última catastrófica desdicha la tenemos en el banquillo y vive
en un mundo de ficción. Seedorf parece ajeno a los males del equipo y al
sufrimiento de la afición. No acierta con los cambios ni con las alineaciones,
además de dejar declaraciones poco acertadas que no permiten que tenga ningún
apoyo de la afición. Él no es el único culpable, también lo es un Tino que el
domingo superó su propio récord y puede decir que bajo su mandato se ha dado el
peor Deportivo de la historia.
Mientras todo esto sucede ahí están los aficionados, que ya no
saben si tomarse esto con humor, porque lo surrealista de la situación invita a
ello. El próximo domingo se enfrentan los cuatro equipos del descenso. Sería
precioso que el Dépor venciera, el Levante perdiera y tuviéramos una última
esperanza para la salvación, pero viendo cómo va el guión de esta temporada,
nuestro Lemony Snicket particular ya se hace la boca agua escribiendo un nuevo
capítulo donde acabamos como colistas la jornada.
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