Hay frases que matan: en algo más de una semana se acaba la Eurocopa. ¿Qué te parece eso? Empezamos el torneo con un sinfín de expectativas y, al contario de lo que suele suceder, la realidad ha superado nuestras utopías. Francia no es imbatible, tenemos partidos con prórrogas, goles y sufrimiento e incluso marca Álvaro Morata. El fútbol no para de sorprendernos.
España, que menospreció a su entrenador por algunas de sus decisiones, se vuelve loca con algunos futbolistas defenestrados. Sarabia no tenía nombre, no valía, pero ahí está: sumando tantos sin cesar. Hoy se enfrenta a una Suiza que tuvo que vivir una de esas situaciones extrañas que nos dejan con las ganas de poner una cámara en el hotel de concentración. Los helvéticos fueron terceros de grupo y tuvieron que esperar con la maleta en la mano a que alguien le hiciera un favor. Algo parecido ocurrió con la Ucrania de Shevchenko -que está para jugar, ¿eh, Moro? – y que se cargó a otro primero de grupo. Viva la Eurocopa.
Creo que ya se puede reconocer, aunque esta no se haya acabado, que la edición del 2020, que realmente se ha jugado en 2021, la recordaremos durante mucho tiempo. Un torneo que sigue creyendo en una Europa con los valores fundacionales de la Unión, quizás la última, con muchísimas sedes y con encuentros para el recuerdo. Y, por supuesto, con espacio para nuestros memes: la de la gente compartiendo con sus novias el calendario de Sphera Sports, la de Kiko, la de Camacho y la de Luis Enrique en su patinete. Quedan nueve días y duele dejarlo atrás. De hecho, cuando miro el calendario y veo que no hay partido me aborda una tristeza suprema. Disfrutemos de lo que queda.
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