Con excepción del portugués Cristiano Ronaldo, el jugador más en forma del momento, la élite del fútbol mundial está ausente en la Copa Confederaciones que comienza mañana en Rusia. El torneo abre así la puerta a la consagración de otras estrellas, y Chile y México ofrecen los mejores candidatos.
De todos los jugadores que disputarán la copa -una suerte de anticipo del Mundial que reúne a los campeones continentales, el ganador de la Copa del Mundo y su próximo anfitrión-, el delantero del Real Madrid es el único incluido en los equipos del año formados por la FIFA o por la UEFA.
La falta de grandes astros se explica en parte porque Alemania, la campeona del mundo, se tomó como un «laboratorio de pruebas» su participación en la copa y dejó en casa a la mayoría de los jugadores que conquistaron el Mundial en Brasil 2014.
A diferencia de España, que llevó sus mejores nombres a la Confederaciones de 2013, Joachim Löw optó para Rusia por jóvenes y debutantes. «Rusia verá a nuestras estrellas el año que viene«, dijo el seleccionador alemán. «La Copa Confederaciones es un torneo para hacer pruebas«.
Australia, campeón de Asia, y Nueva Zelanda, representante de Oceanía, suelen acudir sin grandes nombres. La anfitriona Rusia participa con 23 jugadores de la liga local. Y Camerún dejó atrás hace ya tiempo la era de líderes como Samuel Eto’o. «Ya no tienen ninguna superestrella«, sostuvo su ex técnico Winfried Schäfer.
En esta edición no participan además los dos gigantes americanos, Brasil y Argentina, lo que dejó al torneo sin figuras como Neymar o Lionel Messi. Llegó en su lugar como campeón de la Copa América Chile, un combinado que sí llevó sus mejores recursos a Rusia y que ofrecerá algunos de los nombres a seguir de cerca.
Arturo Vidal, del Bayern Múnich, y Alexis Sánchez, del Arsenal, están entre los aspirantes a disputar a Cristiano Ronaldo el cetro de mejor jugador del torneo. Ambos integran la llamada «generación dorada» de Chile junto a otros nombres presentes en Rusia como Gary Medel, Claudio Bravo, Gonzalo Jara, Charles Aránguiz o Eduardo Vargas.
También México, que junto a Brasil es el equipo más experimentado en la Copa Confederaciones con siete participaciones, llevó su mejor formación a Rusia, donde debutará el domingo precisamente frente al Portugal de Cristiano Ronaldo.
Sus esperanzas pasan en parte por la inspiración de Javier «Chicharito» Hernández, del Bayer Leverkusen, que acaba de convertirse en el máximo goleador en la historia de la selección mexicana al sumar 47 dianas en la derrota por 2-1 frente a Croacia a fines de mayo.
«Creo que Javier está dentro de los mejores finalizadores en el mundo», lo elogió el técnico Juan Carlos Osorio, que defendió al goleador por los cuestionamientos recientes debido a su temporada sin grandes cifras en la Liga alemana: «Creemos que es injustamente criticado».
El centrocampista Andrés Guardado (PSV Eindhoven) y el delantero Carlos Vela (Real Sociedad) son otros nombres de México a tener en cuenta, mientras que el defensor Rafael Márquez (Atlas de Guadalajara) será el más veterano de esta edición de la copa a sus 38 años y el único que ya la ganó.
Ese panorama convierte en una de las grandes incógnitas de la Copa Confederaciones si alguna de estas selecciones podrá dar la sorpresa y arruinar la fiesta a las supuestas favoritas, volviendo todos los focos a una nueva estrella.
Por lo menos una cosa ya es segura: el mejor jugador de la Copa Confederaciones 2017 no será brasileño ni francés por primera vez. Ambos equipos se habían repartido hasta ahora ese honor en las siete ocasiones anteriores gracias a astros como Neymar (2013), Kaká (2009), Thierry Henry (2003) o Ronaldinho (1999).
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