«No es una decisión mía,
pero es algo que más o menos está hablado y hecho. Calleja está haciendo un
buen trabajo y conseguir la clasificación europea es importante. El reto es
evitar la séptima plaza y las previas de la Europa League”.
Las palabras de Fernando
Roig, presidente del Villarreal, no dejan lugar a dudas. Javier Calleja seguirá
siendo entrenador del Submarino la próxima temporada salvo hecatombe en los
cuatro últimos partidos (+6 al Sevilla y se enfrenta a rivales que no se juegan
nada). No era fácil la labor del exjugador madrileño, que se labró un porvenir
en las categorías inferiores antes de ocupar el banquillo del Estadio de la
Cerámica, justo después de una dolorosa derrota ante el Getafe (4-0).
Es esta una temporada
dura, marcada por notables errores en la dirección deportiva y una crisis de
identidad relevante. Las eliminaciones prematuras en Copa y Europa League
dejaron tocado a Calleja, la primera por la falta de ideas ante un equipo
inferior (Leganés), la segunda porque teniendo que remontar en casa salió con
un trivote en el centro del campo, dejando en el banquillo a hombres
desequilibrantes como Castillejo o Raba. Este último hombre es precisamente su
mejor contribución como técnico groguet. Una apuesta que le está dando sus
frutos en el tramo final gracias al desparpajo y la electricidad del cántabro.
Es Calleja un gran
conocedor de la cantera amarilla. Quizá ese sea su mayor valor. Aunque también
su capacidad para plantear partidos ante los grandes. Real Madrid, Atlético,
Valencia, Sevilla… Todos sucumbieron ante el Submarino, y no precisamente con
el juego atractivo que le caracterizaba. Este Villarreal ha sabido competir a
través del trabajo y una velocidad de transición que nació con Marcelino y que
se antoja prácticamente imparable. Se ve con más facilidad contra equipos como
Las Palmas o Celta, defensivamente frágiles, incapaces de recular al compás del
ritmo frenético que impone el cuadro amarillo. Pero también se vio en el
Santiago Bernabéu, casi rozando el descuento, sacando los de Zidane un córner.
El Villarreal fue capaz de enarbolar una jugada mágica a partir de tres toques
y un carrerón de Cheryshev para acabar con gol de Fornals y victoria histórica.
El contraataque,
ejecutado de esta forma, es tan precioso como el juego de toque. Pero no
siempre es efectivo. No cuando tienes el balón. No ante ciertos rivales. Es por
ello que el Villarreal debe regresar al estilo que le caracteriza desde su
debut en Primera División. Y para ello la actuación debe ser crucial en el
próximo mercado de fichajes. No se puede dar de nuevo el nefasto mes de enero
que dejó al Villarreal sin su mejor delantero y nadie para reemplazarlo. Los
errores están para corregirse. Desde Rubén Semedo hasta Roger Martínez, pasando
por Salem. Si es cierto que Rodri abandona el barco, el Villarreal tendrá
difícil encontrar un sustituto de garantías, más con la incógnita de la
situación de Bruno. Rukavina no puede seguir siendo lateral izquierdo y
derecho. Pedraza y Gerard Moreno deben volver. Bacca se ha ganado el pago de su
cláusula. Blindaje para Asenjo, Mario, Trigueros y Fornals. Si Calleja
continúa, necesita un proyecto a su medida.
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