El Everton lleva años recibiendo golpes durísimos. Dice la historia que la entidad de Merseyside, una de las más grandes de Inglaterra, no debería jugar en el Championship. No hay equipo en Inglaterra que haya jugado más temporadas en la máxima categoría que ellos. Pero también hay algo innegable: cuando un club juguetea con el descenso durante demasiado tiempo, trabajando rematadamente mal, la caída llega.
Los toffees arrancaban el año con ilusión. El punto conseguido en el Etihad, ante el todopoderoso Manchester City de Pep Guardiola, debía ser el acicate para alejarse de la quema. El siguiente envite era ante el Brighton en casa. Había motivos para volver a ser moderadamente optimistas. Hasta el pitido inicial del árbitro, momento en el que arrancó el espectáculo de Kaoru Mitoma. El japonés, como ocurre con Saicedo, Sarmiento o Mac Allister, es uno de esos jugadores que hace unos años era desconocido para el gran público. Sin embargo, el reclutamiento de los seagulls fue, es y será fabuloso.
Quizás la pregunta que hoy se hagan muchos aficionados de los de Liverpool es qué tiene el Brighton que no tenga el Everton. Es decir, si a un futbolista desconocido le haces elegir entre uno u otro normalmente elegirá a los de Goodison Park. Sin embargo, el equipo que hoy entrena Frank Lampard -mañana no sé si seguirá en el cargo- sigue prefiriendo firmar a perfiles como Maupay. Tiene gracia: el recambio del francés en el conjunto de la costa sur, por el que recibieron 20 millones, es un irlandés de 18 años que anoche marcó un tanto y dio una asistencia. La vergüenza para los de la parte azul de la ciudad de los Beatles tiene que ser histórica.
Mientras unos fichan a jóvenes que evolucionan en superestrellas, otros contratan a medianías que cobran como estrellas. El resultado es el que es: el Brighton, en cuestión de tres años, ha conseguido superar al Everton con una facilidad pasmosa. Lampard, probablemente, no es el técnico más adecuado para solventar los contratiempos que se acumulan en Goodison Park. El problema es que su recambio lo elegirá el mismo que hace un año decidió dinamitarlo todo al firmar una leyenda del Liverpool. Veremos si este curso los toffees tienen la suerte de tener en la liga tres equipos peores que ellos. Parece difícil por el nivel de autodestrucción en la última década que hay en el seno del club.
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