Si Luis Aragonés será recordado por una de entre las muchas frases que dijo a lo largo de su carrera, Simeone podría pasar en la memoria colchonera por su actitud en los partidos. “Ganar y ganar y ganar y ganar y volver a ganar”, decía Zapatones que era el fútbol, mientras que para el argentino, parece que esto se trata, aunque nunca lo haya dicho explícitamente, de “competir y competir y competir y volver a competir”.
Aparece el Liverpool al fondo del pasillo como el ‘Coco’ amenazador que invocaban tus padres cuando te habías portado mal. “Si no te comes toda la comida, vendrá el Liverpool”. Sus 103 puntos de 105 posibles seguidos en la Premier League, aderezados con ser el vigente campeón de Champions League y el equipo que reina en el mundo, harían temblar a cualquiera. Pero es el Atlético, capaz de lo mejor y de lo peor, el rival de un equipo red que rara vez ha tenido en frente a un equipo tan férreo y tan bien construido desde atrás, más allá de lagunas puntuales que estén teniendo esta temporada los del Cholo.
El Atlético siempre presenta batalla. Sea el rival un Segunda B o sea un conglomerado de estrellas donde esté la Brasil del 70, la Naranja Mecánica y añada a Beckenbauer y Maradona como fichajes de última hora. No gana ninguno sobrado, pero tampoco pierde por goleada haciendo el ridículo. Si eso sucede, es más un accidente que una costumbre, como fue la inexplicable e inesperada eliminación el pasado curso ante la Juventus de Turín (con un 3-2 en el global, no se olvide), donde el Atlético cayó con estrépito en el partido de vuelta tras merecer incluso mucho más en el de ida.
Decía Klopp tras el sorteo que no creía que Simeone estuviera corriendo por el pasillo, cuando el alemán difícilmente estaba dando palmas de alegría. El Liverpool es favorito, no se vaya nadie a engañar, pero el Atlético tendrá sus balas, sea la delantera Costa-Morata o acabe siendo Riquelme-Saponjic. Así lleva siendo casi una década, y así ha sido también este año, cuando todo está costando más del doble porque los planetas se han alineado y es imposible competir de igual a igual con los dos gigantes de arriba, que han sudado y resudado para ganar esta temporada a los rojiblancos.
Lo hizo el Barcelona por la mínima en Liga, tras un error grosero de Lemar que Messi convirtió en tres puntos cuando todo apuntaba a reparto de ganancias, pero en cambio fue el Atleti quien eliminó al Barcelona en la Supercopa de España. Con el Real Madrid, la igualdad también es máxima. Un gol en tres partidos y sanseacabó. Fue del Real Madrid, en el último partido de la temporada, hace apenas unas semanas. Poco antes, en la final de la Supercopa, definieron los penaltis, y en septiembre, cuando el curso empezaba, otro empate a nada dejó claro que al Atlético pocas veces le sacan los colores. De hecho, los pocos fracasos atienden más a Culturales Leonesas y Qarabags, que a Juventus y Bayerns de Munich.
Si hay un equipo capaz de hacerlo, sin duda ese es el Liverpool, que ha destrozado a sus rivales directos por la Premier League. 3-1 y 2-1 al Manchester City y 2-1 y 4-0 al Leicester. Son 26 partidos de liga y todos saldados con victoria, salvo un empate. Estamos, posiblemente, ante uno de los mejores momentos de forma de un equipo de todos los tiempos. Y es tan claramente favorito en todas las apuestas el equipo inglés, que eso retroalimenta a los de Simeone y da más posibilidades que las que sobre el papel han de tener.
Tampoco hay que obviar el componente psicológico y mental. Son cuatro duelos entre los dos a lo largo del tiempo, con clara victoria colchonera. Apenas hay dos empates y una victoria para cada uno, pero las igualadas se dieron en una fase de grupos de Champions League 2008-2009 y, un año más tarde, el Atlético acabó echando de la Europa League al equipo red cuando a Forlán se le ocurrió mancillar Anfield y acallar a The Kop. Quiere la casualidad que 10 años después de aquel partido, el Atlético vaya a volver a orillas del río Mersey con una camiseta negra con detalles rojos que es un absoluto calco de aquella que se quitó el uruguayo para exhibir abdomen que acabó abriendo portadas deportivas, de prensa rosa, de cuidados para hombres y de aquellas dedicadas al público femenino.
No cabe duda de que la presión estará del lado de los ingleses, porque defienden título, porque parecen imparables y porque su eliminación sí sería una sorpresa. Pero tampoco que el Atlético tendrá sus opciones. Si hay alguien que piensa que el Atlético ya está eliminado y no debería presentarse siquiera, que le pregunten al Bayern Munich, al Barcelona (dos veces) o al Chelsea.
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