«El fútbol es un deporte que inventaron los ingleses en el que juegan once contra once y siempre ganan los alemanes». En Alemania, más de uno y más de mil hubiera deseado que este verano esa frase de Gary Lineker se cumpliera, pero no pudo ser, ni con los mayores, ni en categorías inferiores. En ambos torneos, la Mannschaft era favorita, a su manera, pero la cosa terminó de manera diferente. Mientras los de Joachim Löw cayeron en semifinales ante la selección anfitriona, Francia, los juveniles eran anfitriones y debían conseguir una de las cinco plazas que darían derecho a disputar el Mundial Sub 20 de Corea del Sur de 2017, además del 4º título continental juvenil para el país.
Hasta ahí, todo normal. El calendario del torneo situaba el debut en un estadio como el Mercedes-Benz Arena de Stuttgart, ante unos sesenta mil espectadores. ¿Qué ocurrió? Los de Streichsbier fueron los claros dominadores del encuentro. Realizaron más de una quincena de tiros, de los cuales el 50% acabó entre palos. En el caso de sus rivales, los italianos, tan solo incomodaron a Dominik Reimann, el portero del Borussia Dortmund, en dos ocasiones. Ante tal panorama, cualquiera podía imaginarse un resultado amplio y cómodo a favor de los locales. O, quizás, una victoria sin contestación. Pero nada más lejos de la realidad. El guardameta del Udinese Alex Meret realizó el partido de su vida y el interista Federico Dimarco, de penalti, mandó al traste las opciones de los alemanes desde el punto de penalti a poco más de diez minutos del final.
Estreno en un marco incomparable y con un resultado pésimo para el combinado juvenil alemán. Lo positivo de esa derrota traumática fue el resultado de los otros rivales del grupo, Portugal y Austria, que finalizaron su encuentro con un empate a un gol. La situación dejaba el duelo de la 2ª jornada contra los lusos con un único objetivo para Streichsbier y los suyos, la victoria. Phillips Ochs, jugador que pertenece al Hoffenheim, se convirtió en protagonista. Fue el primer jugador que marcó un hat-trick en una fase final de un Europeo juvenil y perdió el partido. El escenario fue bien distinto al del partido inaugural. Jugaron en Grossaspach. Ochs adelantó a los alemanes y al inicio de la segunda mitad ya había remontado Portugal. Lo mismo volvió a pasar minutos más tarde. Otro gol del jugador del club de Sinsheim fue remontado por dos tantos portugueses, lo que hacía más complicada la remontada, ya que quedaba poco más de quince minutos y la diferencia era de dos goles. El hat-trick se completó en el descuento, sin ya opción para el empate o para cambiar la situación.
Se habían jugado dos partidos y Alemania ya estaba eliminada de «su» Europeo, a falta de una jornada. Al cierre, con Austria jugándose el pase a semifinales, el equipo por fin respondió. Los goles de Neumann, Teuchert y Gül dejaron el encuentro en un 3-0 final, en el Stadion an der Kreuzeiche, otro pequeño estadio, al igual que el de Grossaspach. Un buen partido, un buen resultado, pero que no servía para nada. A Alemania se le había cerrado la puerta principal de acceso al Mundial Sub 20 y debía coger la puerta de atrás, la de una eliminatoria a vida o muerte ante Países Bajos. A pesar de los 26 disparos (solo nueve entre los tres palos) y el equipo rival tuvo mayor efectividad, ya que el 100% de los disparos fueron entre palos y, de ellos, tres acabaron en gol. Finalizaba el encuentro y el resultado era de 3-3. Alemanes y neerlandeses se tenían que jugar el 5º billete al Mundial desde el punto de penalti. En dicha tanda, el único alemán que falló fue Amara Conde, centrocampista del Wolfsburgo. Por parte de Países Bajos, dos de sus jugadores erraron sus lanzamientos y hicieron que el partido se decantara para los locales.
Se consiguió. De lo malo, lo mejor. Jugando en casa, el próximo año estará Alemania en el Mundial Sub 20. No obstante, el sabor a fracaso por el devenir del torneo no se lo quita nadie a estos jugadores. ¡Jugaban en casa! Sí, que es verdad que ese detalle no te da el 100% de favoritismo para ganar un torneo de estas características, pero es Alemania y en ese país no vale nada que no sea ganar. El próximo reto, el Europeo Sub 21 del año que viene. Faltan varias jornadas y la Mannschaft tiene una distancia suficiente con el 2º clasificado de grupo, para poder pensar en una posible catástrofe. ¿Quién irá a ese campeonato? Difícil será que se pueda contar con gente como Weigl, Tah o Kimmich, jugadores que han participado en la fase de clasificación y que formaron parte del combinado alemán en la Eurocopa 2016 de Francia. El mundo no se acaba. Los Süle, Wellenreuther, Goretzka, Meyer, Brandt, Selke y compañía tienen la oportunidad de sumar un segundo título en una categoría en la que los Özil, Sandro Wagner, Höwedes… Consiguieron en 2009 el campeonato, por primera vez, para su país.