La Selección Española de fútbol logró el pasado domingo la clasificación para el próximo Mundial de Qatar 2022. Los de Luis Enrique han ido mejorando en todos los aspectos del juego con el paso de los partidos, sobre todo respecto a la consolidación de los diferentes principios y subprincipios del Modelo de Juego definidos por el asturiano.
Pero, ¿cómo quiere jugar exactamente el técnico español?
Aunque la idea de juego de fútbol asociativo a través del balón de la selección esté asentada desde la época de Luis Aragonés, y consolidada después por Vicente del Bosque – con las victorias consecutivas de Eurocopa, Mundial y Eurocopa – Luis Enrique ha querido introducir ciertas modificaciones tanto a nivel conductual, como estructural, adaptando así a “la roja” a la nueva tendencia del fútbol actual.
La primera modificación dentro del Modelo de Juego de la selección es la organización dinámica de la selección en fase ofensiva. El técnico español ha modificado la estructura compensatoria de los jugadores ubicados por detrás del balón, organizando a su equipo con una disposición de P+3, anclando siempre a uno de los dos laterales, conjuntamente a sus dos centrales más la presencia de portero.
Con ello, además de generar en muchas ocasiones superioridad numérica con respecto a la primera línea de presión del equipo rival, el técnico español ha buscado tener una mejor disposición estructural ante posibles transiciones ofensivas por parte de los rivales, garantizando la amplitud defensiva.
El segundo aspecto que ha evolucionado Luis Enrique dentro del modelo de juego, y que desde la perspectiva de MBP consideramos clave en el fútbol actual, es la adaptación a diferentes escenarios que se pueden presentar durante un partido.
Aunque la idea de juego sea la de dominar el partido a través del balón, hay determinadas situaciones donde la selección debe saber dominar diferentes registros ofensivos para seguir siendo peligroso.
Durante la pasada Eurocopa, como en los diferentes partidos que ha ido jugando la selección hasta el día de hoy, hemos podido observar cómo el combinado nacional ha ido adaptando su forma de atacar en función de las demandas del partido.
Por ejemplo, en la Nations League, tanto en la semifinal contra Italia, como en la final contra Francia, hubo ciertos momentos del juego donde la selección realizó un juego más vertical. Ante el dominio de los rivales en determinados puntos del partido, la roja priorizó efectuar rápidas acciones en forma de transición defensa-ataque, en lugar de realizar un juego más pausado y que fomentase las relaciones de los jugadores en torno al balón.
Esta adaptación a diferentes escenarios está ampliando el abanico de recursos de la selección dentro de su fase ofensiva. Esto le permite aprovechar posibles desequilibrios defensivos dejados por los rivales, no solo a través de un ataque más organizado, sino también a través de rápidas acciones de contraataque.
Asimismo, gracias a esta nueva mentalidad ofensiva de la selección, jugadores de un perfil más veloz y desequilibrante como Ferran Torres o Adama Traoré, han visto cómo sus opciones de verse dentro de la convocatoria de Luis Enrique se han incrementado. En alguno de estos casos son jugadores con la capacidad de adaptarse a diferentes estilos de juego, lo cual se convierte en una baza de un valor incalculable para el seleccionador.
Acerca de ello, el entrenador nacional explicó tras la finalización del partido contra Suecia que, en base a la idea de juego, la elección de los jugadores que configuraban la convocatoria sería una u otra, ya que hay determinados perfiles de futbolistas que se adaptan con mayor facilidad a la idea del técnico.
Una vez analizadas las dos grandes modificaciones que ha introducido el técnico asturiano en la selección, solo queda por ver si tanto el staff técnico, como los jugadores, consiguen el hito histórico de lograr por segunda vez en la historia del país la ansiada Copa Mundial.
Desde MBP School of Coaches estamos seguros de que ambas partes darán el máximo dentro del terreno de juego, y seguirán readaptando el Modelo de Juego con el objetivo de tener más recursos disponibles para solventar cualquier situación que se presente durante los partidos.