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Un Dream Team terrenal da vida al baloncesto olímpico

DPA | Es el rival más difícil de todos, el gran candidato al título, pero no es imposible de derrotar: esa es la sensación que dejó la selección de Estados Unidos de baloncesto en el primer tramo del torneo olímpico de Río 2016.

«Con el partido que hicimos demostramos que el baloncesto de FIBA puede estar este torneo a la altura del de la NBA. Nos dio la esperanza de que se le puede ganar al Dream Team. Es extremadamente complicado, pero podemos estar a la altura», advirtió el pivot serbio Miroslav Raduljica. En la jornada del viernes, Serbia estuvo precisamente a un triple en la última jugada de enviar el duelo contra el Dream Team a tiempo suplementario. Los estadounidenses se impusieron finalmente por 94-91, pero volvieron a reflejar una imagen de vulnerabilidad en el certamen.

 

 

En el duelo anterior, de la tercera jornada, los dirigidos por Mike Krzyzewski también padecieron un encuentro sufrido ante Australia, al que apenas superaron por 10 tantos. «Hemos entendido algo con estos dos partidos: no queremos vivir más estas situaciones. Los equipos nos están penetrando con demasiada facilidad y tenemos que ajustar muchas cosas en la defensiva. El momento para hacerlo es ahora. Después nos podemos estar arrepintiendo», analizó Demar DeRozen.

Estados Unidos llegó a Río de Janeiro una vez más con el rótulo de candidato indiscutbile a defender la medalla de oro, ganada en los Juegos de Pekín 2008 y Londres 2012. Sin embargo, el equipo norteamericano no tiene en su plantilla los nombres rutilantes con los que afrontó las dos ediciones anteriores. Esta vez no están LeBron James, Stephen Curry, Chris Paul o James Harden, determinantes en los momentos clave de los duelos. Se apostó a una camada de estrellas jóvenes, como Draymond Green, Klay Thompson o Paul George, que recién comienzan a consolidar sus carreras y se recurrió a Carmelo Anthony y Kevin Durant como los experimentados que llevan la conducción del grupo.

Algo similar había ocurrido en los Juegos de Atenas 2004, donde se llevaron la medalla de bronce y Argentina se coronó con el oro. Aquel equipo contaba con unos jóvenes Dwyane Wade (22 años) y LeBron James (20) y sólo con Tim Duncan como figura superlativa. El tropiezo de esa edición obligó a tomar cartas en el asunto cuatro años más tarde: en el 2008 apareció Kobe Bryant, y Wade y James ya habían consolidado sus carreras, así que el Dream Team recuperó la condición de equipo galáctico. Lo mismo sucedería en Londres, donde con sus mejores nombres posibles, Estados Unidos se llevó el oro y hasta se dio el lujo de batir el récord absoluto de puntos en un partido olímpico, cuando derrotó por 156-73 a Nigeria.

 

 

«Es posible que no aparezcan algunas e las grandes estrellas, pero aún así son el mejor equipo del mundo con diferencia. Creo que al verdadero equipo estadounidense se lo verá en la segunda fase del torneo. Ahí es donde ajustarán su juego y demostrarán toda su calidad», analizó el francés Tony Parker, que precisamente los enfrentará mañana en el inicio de la última jornada de la fase de grupos. Hasta el momento, Estados Unidos se destacó más por el talento de sus individualidades en el mano a mano que por un juego ofensivo eficiente. Además, padeció falta de intensidad en la marca y se lo vio desorientado por el juego más físico que existe en el baloncesto de FIBA, respecto al de la NBA.

«Tenemos que darnos cuenta de que esto no es la NBA, donde los árbitros cobran cada detalle y se puede revisar cada jugada. Aquí se deja jugar un poco más. Y no tenemos que desconcentrarnos por el juego físico o cosas externas al juego. Es un trabajo mental muy importante el que debemos hacer para ganar el oro», reflexionó Durant, uno de los emblemas.

Estados Unidos es el amo y señor del baloncesto olímpico, donde ganó 14 medallas de oro de las 18 ediciones disputadas. Desde que en 1992 apeló por primera vez a jugadores profesionales con el Dream Team original de Michael Jordan, Earvin «Magic» Johnson, Larry Bird y compañía, mantuvo un invicto de 10 años ininterrumpido. La primera derrota sufrida por una selección integrada por jugadores de NBA fue frente a Argentina, en el Mundial de Indianápolis 2002.

En los Juegos de Río 2016, Estados Unidos ganó sus cuatro encuentros y todavía aparece como el candidato indiscutible a volver a llevarse el oro. Pero si algo quedó claro es que apenas un mal día puede llevar al actual Dream Team al fracaso.

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