Un comodín llamado David

David López ha tenido
que vivir entre dos mares. Quique Sánchez Flores le ha pedido hacer de todo
desde que el año pasado volviera a vestir la zamarra del equipo en el que se
formó. Y su rendimiento siempre ha sido excelso sea de central o de
centrocampista. Y que importante es eso.

Muchos futbolistas lo
reconocen. No es sencillo tener que cambiar de posición cada poco tiempo. Sobre
todo, porque cuando un jugador se afianza en un lugar, éste comienza a ganar
una serie de costumbres que son clave en el desarrollo de la temporada. Los
cambios constantes no siempre son buenos. Pero el de Sant Cugat se sigue
adaptando.

La llegada de Carlos
Sánchez puede ser el factor conclusivo de este debate. El colombiano es de esa
estirpe de centrocampistas que no tienen el toque más fino de la Liga, pero
tiene una capacidad tremenda a la hora de incrustarse entre centrales a la hora
de despejar centros laterales. Su rutina ha sido clara estos dos últimos
encuentros: cuando un futbolista rival pisa línea de cal, “La Roca” ya está
cerca del punto de penalti para amparar a la defensa.

Por tanto, la relación
entre David López y Carlos Sánchez es muy positiva. Con el canterano atrás,
además, la salida de balón es mucho más pulcra. Muchas veces se ha comentado
que cuando un pivote pasa a ser central, los equipos se resienten atrás. Pero
con el catalán, no sucede. Por ello es normal que haya disputado 25 de los 26
partidos que su escuadra ha jugado. Su presencia en un sitio u otro sigue
sumando para el Espanyol.   

Su carrera, por otro
lado, no fue sencilla. Tuvo que buscarse la vida en lugares tan dispares como
Terrassa, Leganés y Huesca, y cuando por fin pudo demostrar su valía, fue
traspasado al Napolés por los acuciantes problemas económicos que vivía en
aquella época el cuadro perico. Su etapa en el sur de Italia no fue fructífera,
así que cuando descolgó el teléfono y oyó la propuesta de Quique no se lo
pensó.

Y aquí volvemos al
principio. Sus cambios de posición nunca han sido óbices para que el equipo lo
haya notado. Y ahí está. Como estandarte en defensa o como faro en el centro
del campo. Pero titular. Siempre.