Un día después del triunfo de ‘Truman’ en la gala de los Goya, jugó el Madrid en Granada. Ganó sufriendo, con un gol de Modric en el 85′ y con una aportación nula de Cristiano Ronaldo. El portugués se nos va. Se nos va de la élite del fútbol y hay que pensar qué hacer con él en el futuro.
Como Ricardo Darín en la película, Cristiano sabe que sus mejores días en el mundo del fútbol ya han llegado a su fin. Acaba de cumplir 31 años y su último año, a pesar de haber quedado segundo en el Balón de Oro, se ha sostenido con sacos de goles a equipos de media tabla para abajo (eso basta para ganar el Pichichi) y a equipos que es un milagro que jueguen la Liga de Campeones.
Pero eso da para ganar Ligas y Champions. Por tanto, ¿por qué no planificar la marcha de Cristiano? En Truman, Darín sueña que será su padre quien venga a buscarlo para llevárselo de este mundo. En el caso de Cristiano, una llamada de Ferguson podría llevarlo de vuelta a casa, a Manchester. O quizás prefiera experimentar en una liga menos competitiva, la francesa, donde sea el recambio de Ibrahimovic en el PSG y pueda seguir hartándose a marcar goles.
El bajón de Cristiano se ve claramente desde hace un año (con Kevin Roldán empezó todo), ya no encara, no regatea, no es capaz de irse de nadie. Sigue marcando goles porque tiene un instinto impresionante como grande de la historia que es, pero ya sólo le funciona para abusar de los pequeños, ya no se mete con los de su estatura. Si aguantó esta temporada en el club es porque quería batir el récord de Raúl y convertirse en el máximo goleador de la historia del Real Madrid. Ya lo consiguió el 1 de octubre.
Ahora le toca marcharse, buscarle un nuevo dueño a Truman, en este caso, al liderazgo del equipo. Puede ser Bale, o quien venga en verano, pero Truman ya no es de Cristiano.